Siempre
que comenzamos una nueva temporada aprovechamos para hacer nuevos propósitos.
Esto siempre pasa después del verano, cuando arrancamos el curso, bueno los que
realmente empiezan el nuevo curso son los peques, los adolescentes y los universitarios,
además de que también arrancan las nuevas temporadas de centros municipales,
teatro, museos…
Otra
de las fechas dada a nuevos propósitos personales es el comienzo del nuevo año.
Pero ésta última no es la que atañe en este momento porque ahora toca hablar
del comienzo del curso.
Con
el verano recién terminado, aunque aquí en Murcia aún no somos muy conscientes
de ello porque continúa el calor y aún andamos en sandalias, algunas, y por la
noche con chaqueta para cubrirnos del relente de la luna murciana… La realidad
es que ahora ya empiezan a caer las primeras hojas de los árboles, el colorido
chillón del verano se torna ahora a rojos intensos, marrones cálidos, y amarillos
y naranjas ocultos de la estación Otoñal.
La
verdad es que nos fuimos de vacaciones con un ambiente bastante crispado, la
pésima situación económica por la que estamos pasando, y lo que nos queda, así
como por las continuas protestas por los recortes y las medidas aprobadas por
el Gobierno, acapararon las portadas y los informativos de radios y
televisiones.
Ingenua
de mí, pero he de confesar que siempre tengo cabida para la esperanza,
imaginaba que el verano iba a ser un periodo, además de descanso, de meditación
y análisis de todo lo sucedido por parte de todos, no de unos pocos. Sin
embargo, no ha sido así.
Llegó
septiembre y las cosas no habían cambiando, simplemente se habían pospuesto. La
crispación continuaba generalizada y los que tomaron decisiones drásticas antes
del verano, continuaban en septiembre con los mismos pensamientos y sin
posibilidad de cambio. Esto ha llevado a que, en el transcurso del mes hayamos
pasado acontecimientos nada agradables, ni para quienes los ejecutan ni para
quienes los provocan, imagino.
Unos
piden calma, que a todos se les va a escuchar, pero otros no los creen y siguen
actuando como creen que es lo adecuado.
Ante
esta marabunta, mientras todo pasa, esta tarde, me gustaría hacer un pequeño
guiño a quienes no pueden ni tomar decisiones ni manifestar nada porque no
entienden eso: NADA. Simplemente son meros observadores de una mala y triste
película de acción que ya comienza a tocarles vivir, y aunque no se enteren de
nada –de momento-, estoy segura que en el fondo les calará bastante hondo en un
futuro, porque en esta ocasión, los buenos no van a ganar…
Como
apuntaba, ahora empezamos un nuevo curso, es momento de hacer nuevos y buenos
propósitos, pero de verdad. Así que por favor, no olvidéis a esos “locos
bajitos” a los que canta Serrat en esta canción. Pensad y meditad, aunque el
verano haya pasado ya…
La Tribuna libre de mi programa La Butaca en Radio Online Murcia (27 de septiembre de 2012)
La Tribuna libre de mi programa La Butaca en Radio Online Murcia (27 de septiembre de 2012)
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