lunes, 21 de septiembre de 2009

De vuelta

Ya ha tocado volver. Después de una larga temporada ha tocado regresar. Ha sido un periodo realmente reconfortable y repleto de nuevas experiencias, de las que he disfrutado en profundidad y de las que he podido, ahora que ya solamente me queda el recuerdo, saborear cada uno de los manjares que se me han presentado.


Ya ha tocado la vuelta, una vuelta que se ha demorado… quizás por miedo, quizás por pereza, tal vez porque no sabía cómo iba a aparecer, porque quería retrasar el otoño, o porque no quería compartir nada de lo que he vivido en este tiempo.


Por un motivo u otro, aún no he hallado la respuesta, ya toca volver. El verano ha pasado, mañana comienza una nueva estación y por tanto un nuevo giro en mi vida… El otro día me comentaba un amigo de profesión qué cuándo iba a actualidad mi burbuja, y la verdad es que no era la primera vez que me lo comentaba, además de que venía pensándolo desde hacía unos días, pero necesitaba retrasar esta llegada; la vuelta suponía el cambio y no quería que éste llegara tan pronto.


Desafortunadamente, no tenemos la barita mágica que nos permita detener el tiempo; hay que seguir adelante, mirar atrás con añoranza y continuar el camino sin olvidar que lo que dejamos ya es simplemente una parte de la historia que debemos seguir escribiendo.


Ya ha tocado la vuelta y que mejor forma de hacerlo que mostrado un regalo que recibí el otro día en la comida que tuve con mis niñas. Un regalo que me sorprendió enormemente por la carga simbólica que tiene...





Nos contaba mi amiga que según una vieja leyenda japonesa, el que sea capaz de hacer mil grullas de papel recibirá un deseo de parte de una grulla. Con el paso del tiempo, las mil grullas de origami se han convertido en un símbolo de la paz. De hecho, el 6 de agosto de cada año, desde el año 1947, los japoneses recuerdan a sus muertos honrando sus monumentos con grullas que lleven sus deseos de paz. Miles de personas participan en una ceremonia en el parque de la Paz, construido en el lugar en donde explotó la bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima.


Ya ha tocado la vuelta y qué mejor forma que comenzarla haciendo la primera grulla...