jueves, 29 de abril de 2010

Fondo en blanco

Un fondo en blanco, recostada sobre la mesa, con la mirada fija en ese fondo y reviviendo rápidamente un sinfín de historias que le gustaría contar... Vuelve a la realidad con un leve movimiento que le hace prestar atención a ese fondo blanco que le pide con ansiedad: ¡Escribe, que no deje pasar lo que hay en tú interior. Hoy es el día!

Pero no se decide. No sabe por dónde empezar, tampoco sabe si realmente le interesa contar algo. La presión de su ego le obliga a que sea ella sola la que disfrute de todo lo que la vida le ha ido regalando de un tiempo a esta parte. Le exige seguir teniendo ese fondo en blanco.

Se ha vuelto ambiciosa, desconfiada y hasta un tanto retorcida. No quiere compartir su interior con nadie, no quiere que le vuelvan a robar lo que un día desapareció sin apenas darse cuenta y que ahora, con tanto esfuerzo, ha logrado recurar nuevamente.

¿Pasará?

No se sabe...

Fija un poco la mirada y observa que ese fondo en blanco ha adquirido un pequeño matiz... Es suave, casi imperceptible a resto, pero ella lo está viendo...

¿Resultará ser una señal?

No se sabe...

Solamente el tiempo determinará si ese fondo tornará a un color vivo o apagado, a varios o a la neutralidad presente...