Siempre hay algo que hace que la noche sea diferente

Siempre pasa algo inesperado. Salir un viernes noche por Murcia puede convertirse en algo rutinario y, si me excedo un poco, casi aburrido; pero lo cierto y verdad es que siempre hay alguna cosa que hace que la noche sea diferente a las anteriores.
Aunque veas a la misma gente, aunque el plasta de turno te dé el coñazo, aunque veas a los mismos chinos ofreciéndote rosas, aunque los temas de conversación sean casi similares a los de la pasada semana, aunque vayas a los mismo locales y escuches la misma música, aunque te bebas un copa de más y te fumes cinco cigarros menos… Da igual, siempre hay algo inesperado que hace que la noche termine siendo más o menos divertida, pero diferente.

Anoche, al salir de la Aduana (nuestro lugar de encuentro) nos encontramos con un incidente un tanto peculiar. No me pude resistir y tuve que sacar la cámara.

Aún no termino de comprender cómo la conductora del coche llegó a darle el golpe que le dio al vehículo que estaba estacionado… Insólito. Afortunadamente no pasó nada, pero el golpe fue apoteósico y único. Si lo intentara repetir, sería imposible.

Pero lo llamativo ya no fue el golpe en sí, sino la cantidad de fisgones –entre los que me incluyo- que aparecimos como las abejas a la miel. Los bares vacíos y la calle repleta de gente viendo qué había pasado. Siempre pasa lo mismo, quién no ha disminuido la velocidad al ver que varios coches han colisionado o simplemente están parados en el arcén. Lo de anoche fue curioso porque mientras la policía trataba de averiguar qué había pasado y qué hacían, los mirones éramos también dignos de ser observados. Unos comían, otros bebían, otros se reían, otros hacían fotos, otros no hacían nada, simplemente miraban… Pero todos coincidíamos en algo: Mirar el brutal golpe que la pobre niña le había dado al coche.

Está claro, salir por las noches puede ser rutinario, pero siempre hay algo inesperado que la hace diferente.

Ha llegado la Navidad al Gabinete

Con la historia de querer ahorrar por la crisis y ante la llegada de la Navidad, mi compañera María y yo hemos decidido no gastar mucho para decorar el Gabinete de Prensa y hemos cometido un pequeño hurto.

Sin querer, y ante el despiste de los operarios que han venido al Ayuntamiento a colocar los adornos Navideños, nos hemos hecho con esta super-estrella de Navidad que lucirá de lo lindo en nuestro lugar de trabajo.

Nosotras no sabemos nada, si alguien pregunta, nosotras no sabemos nada.

Ya ha llegado la Navidad, también a Murcia, tal y como se puede apreciar en la otra imagen.

Hoy es San Viernes y toca soltarse el pelo, animarse, hacer alguna travesura y, como no!, salir esta noche...

Ya empieza a tener un poquito más de vida

Ya he ido varias veces a mi gran burbuja. Y ya empieza a tener un poquito más de vida, aunque simplemente haya una caja que llevé la pasada semana, repleta de cosas que guardaba en mi habitación. Cada vez me gusta más. Cada vez que abro la puerta y entro, la siento más mía, más parte de mí. Me encanta.

Esta tarde he ido a ver cómo quedarán los armarios de las habitaciones, estos son los diseños, y aunque son solamente eso: diseños, en breve pasarán a ser de verdad y a embellecer esos fríos y oscuros espacios en los que guardaré infinidad de cositas mías. Qué bien, vamos despacio, pero vamos…

¿Hace frío?

- Qué frío!

- Cuanto frío hace, verdad?

- En la radio han dicho que 5º

- Ah, pues yo he oído 3º

- La radio se equivoca, el termómetro marcaba 2º cuando salía de casa

- Esto cambia a mediodía, estoy seguro. Ahora hace frío, pero luego pasamos calor

- Pero qué frío hace!

- Hace frío, eh?

- Hoy vienes muy abrigada. Normal, como hace tanto frío

- Cierra la puerta, que hace mucho frío

- Todo nevado..., qué imágenes más bonitas vimos anoche en el informativo. Qué frío tiene que hacer por el norte

- Con el frío que hace no salgo de casa

- Con este frío lo mejor que podemos hacer es estar en casa, en el sillón, tapados con una manta y viendo películas.

…

Estas son algunas de las perlas que he escuchado a lo largo de la mañana. Interesantes y profundas, verdad? Podría poner alguna más, pero creo que para muestra, un botón.

Me hace gracia, tal vez yo vaya contra el mundo porque con lo friolera que soy, hoy, precisamente hoy, no ha sido un día malo especialmente. Seguramente la fiebre de estos dos últimos días me ha fortalecido lo suficiente como para afrontar este día en el que la gran mayoría de los españoles se han olvidado de la crisis y han hablado únicamente del frío.

Y como yo no podía ser menos, también he decidido hablar hoy de las temperaturas en el blog. Viva la originalidad! Pero mañana, lo tengo claro, mañana contará cuál ha sido para mí la noticia y la imagen del día de hoy. Ahora voy a remojarme un rato en la piscina para continuar en mi línea de ir contra el mundo.

Algunas cositas de este martes que termina

- Una imagen:

La cara de felicidad de mi compañera María al abrir un regalo por su cumpleaños

- Una frase:

"Y no podía empezar el día de otra manera. Y es que me he propuesto ser feliz" (Mi Gambita Utópica)

- Otra más:

"Sufrí maltratos durante ocho años, pero no lo dejé hasta que me pegó. Ahora vivo feliz" (una mujer)

- Una pregunta:

¿Por qué últimamente estás tan seria?

- Un color:

El negro, pero también el blanco

- Un deseo:

Verte

- Una desilusión:

Que no ha ocurrido

- Lo inesperado:

La llamada del carpintero para ir a medir los armarios de mi gran burbuja

- Algo esperado:

Que iba a salir de trabajar bastante más tarde de lo habitual

- Una tontería:

Preguntar si es normal llorar por un sólo ojo

- Algo serio:

Que las palabras deben ir acompañadas de hechos

- Algo desagradable:

El frío y el aire que hace

- Y algo agradable:

El bombón que me estoy comiendo ahora mismo

...

El café, uno de mis grandes vicios

Dulce y amargo, como todo en la vida. Tal vez sea esa mezcla la que hace que uno de mis grandes vicios sea el café. Cada mañana, cuando preparo la cafetera tengo la costumbre de abrir el frigorífico –es la mejor forma de conservar todas sus propiedades-, coger el tarro del café, abrirlo y oler durante unos segundo ese intenso, húmedo y profundo aroma del café. Me encanta.

Cuenta la leyenda que un pastor árabe llamado Kaldi, mientras vigilaba a su rebaño, observó como sus cabras se volvían juguetonas y alegres después de comer las bayas de unos arbustos. El pastor, al ver tanta euforia también probó la semilla y experimentó una sensación agradable y de euforia no habitual en él.

Sin duda alguna, el café –ya sea descafeinado o natural, en función del momento- se ha convertido de uno de mis más fieles aliados: me prepara para afrontar la mañana, me ha acompañado y lo continúa haciendo- en largas tardes de conversación con las amigas, siempre está en la soledad de la noche, refresca las calurosas noches de verano, y ha alivia el denso frío de invierno… Un estupendo elixir -con efectos afrodisíacos- para degustar en importantes acontecimientos.

Hoy ha comenzado la II Semana del Café, que se celebra en la Plaza del Cardenal Belluga, y como es lógico, al pasar esta mañana, no me he podido resistir y he parado a probar la nueva variedad de Salzillo Tea and Coffee: el café ecológico. Estaba delicioso. Tiene un sabor menos denso, es un poquito más cremoso y un punto más de dulzor. He de decir que la iniciativa de la empresa de basar el lanzamiento del nuevo producto sobre los principios de sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, me ha parecido muy buena.

Debajo del edredón

Escondida, debajo del edredón y dejando abierto un pequeño resquicio por el que entrara la luz y el aire para respirar. No quería contacto alguno con el mundo, no quería que saliera el sol, quería que pasara el tiempo, no quería que llegara un nuevo día, quería dormir, no quería pasar frío, quería tener calor , no quería despertar. Esta mañana no quería nada, solamente quería estar escondida, debajo de mi edredón y dormir sin parar. No ver, no hablar, no saborear, no oír, no oler…

No ha sido un sábado más

Mi agapornis ya no volverá a cantar más. Recuerdo que hace unos días comentaba que le había escuchado cantar como nunca. Fue un día soleado, la primavera en otoño, no hacía frío, el sol relucia de forma especial y tal vez por eso mi agapornis cantó como nunca. Hoy, no ha sido un sábado más, ha sido un sábado diferente.
En días como los de hoy es habitual levantarse temprano, desayunar acompañara de un libro, dar un paseo, ver que los jardines están repletos de niños y niñas con sus padres, pasear por el centro y ver las calles repletas de gente comprando o simplemente paseando, tomar un café con las amigas, volver a casa, comer algo y ponerse los peliculones de la tarde de cualquiera de las televisiones privadas para tratar de dormir la siesta.
Hoy, además de haber hecho lo que habitualmente se suele hacer un sábado, he echado de menos a mi agapornis; y por eso no ha sido un sábado más. He echado de menos abrir el balcón, salir a la terraza, verlo y escucharlo cantar como siempre lo hacía cuando le metía en el salón y de fondo se oía el televisor.
Ahora comprendo por qué ese día cantó como nunca.

Mi casa... Ya es mi casa!

Ha sido emocionante, muy emocionante. Ayer firmé la escritura de mi gran burbuja y fue realmente fantástico ver cómo las llaves que había tenido el promotor durante tanto tiempo pasaban a mis manos... No veía el momento, el notario sin parar de hablar -más bien de leer-, una página, otra, otra y otra más. Yo le miraba y asentía con la cabeza; él seguía leyendo mientras pensaba: Pero cuándo va a terminar de charlar este señor? Pasaron unos minutos y llegó el gran momentazo. Las llaves pasaban de un lado a otro de la mesa, ya estaban frente a mí, ya eran mías. Mi casa... Ya es mi casa!!!
Pero más emocionante ha sido el momento en el que he introducido la llave en la cerradura, he abierto la puerta y en mirado a mi alrededor y me he dicho: Ya es mi casa!!! La he visto una y otra vez, he pasado de una habitación a otra, he salido a la terraza, y he subida y bajado las escaleras varias veces pensado e imaginando cómo quiero que quede, qué colores me gustan más, el turing de tiendas que voy a dar, cómo estaré cuando esté completamente amueblada... Momentos emocionantes, muy emocionante, para no olvidar jamás.

Por ellos, nuestros pequeños e indefensos niños

He entrado en La Bitácora del Moñino y también he querido sumarme a esta iniciativa que corre por internet, con motivo del Día Universal de los Derechos del Niño que se conmemora hoy, 20 de noviembre. La unión hace la fuerza, así que unámonos todos y contribuyamos a acabar con esta asquerosa lacra de depravados, locos y degenerados que tanto daño están causando. Hay que hacerlo, por ellos, por nuestros pequeños e indefensos niños.

La Campanilla del nuevo siglo no ha cambiado, mantiene su misma esencia

"La labor de un hada va más allá de lo que puedas imaginar. Si tu viejo reloj roto un día comienza a funcionar, si encuentras algo que algún día extraviaste y si escuchas un tintinear, seguramente un hada muy especial podría cerca estar".

La nueva Campanilla del siglo XXI no ha cambiado, sigue manteniendo la misma esencia que siempre le ha caracterizado desde que Disney la hiciera la fiel seguidora de Peter Pan, ese pequeño niño que no quería crecer. Tinker Bell es un hada inteligente, independiente -ahora tiene casa y trabaja-, una voz muy dulce, es tenaz, sensible, astuta, un poquito torpe, simpática y muy soñadora, tanto que al final termina consiguiendo lo que había imaginado con todas sus fuerzas.
Nuevamente, la fantasía Disney me ha cautivado. Sin duda alguna, la película es apta únicamente para grandes soñadores y aquellos que confíen en sí mismos y en alcanzar todo aquello que se han propuesto. Os encantará.

Nos quedó tanto por hacer

Hoy has estado más cerca de mí que nunca y he tenido que llorar. En el salón –como era de costumbre-, he girado la cabeza y te he visto a mi lado, me estabas mirando y sonreías. Fueron unos años muy duros, pero estuvimos muy unidos, más que nunca.

Las tardes las pasábamos siempre juntos, mientras tú leías o veías la televisión yo estudiaba, pero no había momento en el que nos levantáramos para ver qué hacíamos. Los silenciosos pasos, para evitar interrumpir, nos hacían levantar la cabeza y mirar. Sobraban las palabras, las miradas y el silencio lo decían todo. Estábamos juntos, es cierto, pero nos quedó tanto por hacer.

Un lunes para recordar...

El día de hoy ha sido para recordar, pero bien recordado y eso que no me he levantado con el pie izquierdo porque si así hubiera sido no quiero ni pensar que habría pasado.

He llegado tarde a trabajar, ha sido la mañana que más frío he pasado, he ido al dentista y sin pensarlo he salido con la boca casi repleta de pequeños intrusos. Pequeños intrusos que se hacen llamar brakers y que van a residir ahí durante una larga temporada. Decían que eran molestos, pero tanto… Joder!, si no puedo ni comer, justo lo que me faltaba.

También he llegado tarde a la piscina, el jacuzzi no funcionaba, había cola en las duchas, los secadores libres tampoco funcionaban -claro, por eso estaban libres-, me he dado un golpe en la cabeza al sacar unas cosas del maletero… Menos mal que una conversación ha dado un poquito de color a este tétrico día.

Como no quiero que llegue mañana, voy a hacerme un vaso de leche, voy a salir al balcón –a ver si veo a la luna-, voy a leer un rato, me fumaré un cigarro tranquilamente y cuando me entre mucho frío me volveré a meter en casa. Mañana me reiré de todo esto. Buenas noches.

De matanza en La Ceñuela

Desde muy pequeñita me han fascinado las matazas que todos los años organizaba mi familia. Era un domingo de fiesta, de disfrutar a lo grande con la familia y los amigos, en plena huerta y una temperatura estupenda. Ayer, después de casi un año, volví a ir a uno de estos tradicionales festines en La Ceñuela, un cortijo asombroso en el que hubo de todo y es que la familia Carmona es mucha familia.

Como diría Anka: Liebre, conejo, tortuga y caracol!!! No faltó de nada, es verdad, y la llegada de Filiu y sus rumbas hizo que naciera una nueva estrella de la música. Loren, le quitaste todo el protagonismo al pobre Filiu, ya sabemos quién nos va a mantener cuando estemos en el paro.

Aún no salgo de mi asombro

Decidida a escribir, anoche –como de costumbre- me senté frente al ordenador para añadir algo nuevo a mi burbuja. Sabía lo que quería contar, aunque no supiera cómo, pero sabía quería contar algo y estaba decida a ello.
La sorpresa llegó cuando traté de pulsar las primeras teclas. Algo raro comenzaba a ocurrirme. No supe reaccionar, me había quedado en blanco, no sabía qué era lo que quería escribir y desconocía el verdadero sentido de estar frente al ordenar.
Me quedé completamente vacía, sin nada que pensar, sin nada que escribir, sin nada que poder decir en voz alta, sin nada que poder hacer, sin nada que sentir… No salía de mi asombro, al igual que en estos momentos, porque nunca antes me había pasado.
Traté de hacer un esfuerzo, pero nada. Recuerdo que solamente miraba el ordenador, los segundo pasaban y no tenía reacción alguna. Las palabras no salían, tampoco los pensamientos y los sentimientos no afloraban. Seguía mirando el ordenar y… nada. Un leve impulso me llevó a creer que volvía a ser yo, pero nada, fue una falsa alarma. No atinaba a nada porque todo carecía de sentido.
Nuevamente volví a sentir otro impulso, en esta ocasión un poco más intenso que el anterior, que propició la llegada a mi menta de dos simples palabras: buenas noche. No encontraba sentimiento alguno, ignoraba el significado real de esas dos palabras. Por qué esas dos palabras ocupaban mi pensamiento, por qué no sentía nada, por qué esas dos palabras fueron las únicas que pude teclear…
Desconcertada, sin respuestas, apagué el ordenar y me metí en la cama.

Nada más que...

Buenas noches

Satisfacción por…

- Haber disfrutado de un día radiante, en apariencia primaveral
- El deber cumplido
- Escuchar cantar a mi agapornis como nunca lo había hecho
- Saber que quienes me rodean están bien
- Terminar un libro y comenzar otro nuevo
- Despedir el día y recibir la noche
- Poder nadar un poco más que la última vez
- Encontrarme totalmente cansada
- Ser consciente de que todo puede mejorar
- Rechazar a la rutina
- No rendirme
- Querer algo más
- No conformarme
- Saber que puedo dar más

Una buena escapada

Lo de hoy ha sido un gran hallazgo. Esta mañana, sin que nadie se enterara, mi compañera Sofía y yo nos hemos ido a fumar un cigarro y estando en la calle, nos hemos mirado y nos hemos dicho: Vamos a tomarnos una cerveza, pero ya!

Llevábamos una mañana bastante movidita, y yo necesitaba abandonar el bullicio que había en el Gabinete. No queríamos ir al “Ramón”, la cafetería a la que siempre vamos a tomar café, y Sofía ha recordado que la pasada semana estuvo en un bar que le había gustado mucho y que se llama Tribuna Alta. Y hasta allí nos hemos ido. Un local muy pequeñito, detrás del Moneo, que ha pasado por mil manos y que no había tenido éxito ninguno desde que lo montaron la primera vez.

Y claro que no habían tenido éxito, era preciso que llegaran Lola y su marido para llevar el bar y preparar el pulpo que nos han puesto. Qué pulpo! Qué cosa más rica! Exquisito! Una de mis debilidades que en pocos, pero muy pocos locales saben hacerlo en condiciones.

Ha sido una buena escapada la de esta mañana, se me ha pasado el agobio del trabajo y he encontrado un nuevo sitio para tomar una buena tapa de pulpo y una cerveza.

La Leyenda Personal

“Cuando una persona desea realmente algo, el universo entero conspira para que pueda realizar su sueño. Basta con aprender a escuchar los dictados del corazón y a descifrar el lenguaje que está más allá de las palabras”.

“Todo lo que sucede una vez puede que no suceda nunca más. Pero todo lo que sucede dos veces, sucederá, ciertamente, una tercera”.

“El secreto de la felicidad está en mirar todas las maravillas del mundo, pero sin olvidarse nunca de las dos gotas de aceite en la cuchara”.

“Donde esté tu corazón es donde estará tu tesoro”…

Estos son algunos fragmentos de El Alquimista, obra de Paulo Coelho que este año cumple dos décadas de su primera edición. La leí por primera vez hace más de once años y no me canso. Son muchas las señales escondidas en sus palabras, muchos los indicativos que contribuyen a que continuemos enriqueciendo nuestra Leyenda Personal.

Mi Orquídea

Cuentan que la Orquídea ha sido una de las plantas más admirada y apreciada desde hace siglos por diferentes civilizaciones. Los chinos, en tiempos Antes de Cristo, cultivaron algunas especies en concreto, pero no recuerdo qué tipología; y hasta los griegos las conocieron y fue Teofrasto quien le otorgó su bonito nombre.

Yo admiro y aprecio a mi orquídea. Todos los días la veo, la miro y la observo. Tiene una belleza particular, una lindeza tan especial que la hace única. Mi orquídea es la diosa de las flores. Hermosa, altiva, elegante, silenciosa y tiene una dulce fragancia que me deleita. Una estrella en la noche y un rayo de sol en el día. Así es mi orquídea.

La flor de las flores. Forma parte de mí, nos hemos hecho amigas, pero... tengo que cuidarla, mimarla y admirarla aún más porque ayer, al volver a verla, descubrí que había llorado. había llorado porque una de sus flores había caído al suelo, estaba encogida, había perdido la luminosidad de sus pétalos, se había marchitado y ya estaba muerta. Tengo que cuidarla, mimarla y admirarla aún más.

Muchas felicidades

Hoy parece ser un día normal, un martes cualquiera, pero no es así. El día de hoy tiene un color diferente, un tinte especial. Hoy, 6 de noviembre, suma un año más de experiencia a su vida una de las personas más importantes. Hoy es el día de mi mejor amigo y mi gran compañero desde hace más de 28 años, mi hermano.
Juntos hemos pasado los mejores y los peores momentos. Hemos llorado, nos hemos reído, hemos jugado y nos hemos peleado. Hemos compartido noches en vela, nos hemos tenido que abrazar y consolar. Nos hemos ayudado a remontar y hemos celebrado esa llegada a la cima. Hemos descubierto cosas nuevas, nos hemos emocionado con algunas y decepcionado con otras. Nos hemos dado las gracias y también nos hemos pedido perdón, nos hemos llamado y siempre nos hemos escuchado…
Lolo, muchas felicidades, que pases un gran día.

Y qué razón tenía...

Hoy estoy tranquila, plenamente serena, con energía y con la fortaleza suficiente para afrontar cualquier tormenta. Hoy me siento como si estuviera flotando entre las nubes. Hoy vuelvo a estar bien conmigo misma. Es difícil alcanzar el eterno equilibrio, pero hay que lograr conseguirlo. Hay que tener confianza. Las cosas llegan, de nada sirve precipitarse y adelantarse a los acontecimientos porque lo que tenga que llegar, llegará en algún momento. Una frase muy recurrida, pero cierta.

Ahora me viene a la mente algo que hace tiempo me decía un familiar en reiteradas ocasiones para que siempre lo tuviera presente: Lo que es tuyo, nadie te va a quitar; y lo que has labrado con la mayor de tus ilusiones, te dará el fruto que mereces. Y qué razón tenía...

Diabólico aparatito

Quién inventaría el móvil… Menudo día me ha hecho pasar este pequeño aparatito, cómo puede ser que algo tan pequeño y –en apariencia tan inofensivo- pueda llegar a sacar de quicio de la forma que hoy lo ha hecho conmigo. ¿Es necesario tanto agobio para solucionar determinados asuntos? ¿Es preciso dar la lata tantas veces y en tan poco tiempo para algo que al final va a salir?

Sinceramente, pienso que no, pero lo que creo es que estos personajillos que abusan tanto del móvil están un poquito locos, un poco histéricos e incluso desquiciados; y quieren que el resto –los que estamos aparentemente más cuerdos- tengamos que terminar como ellos.

Hablando más en serio, pienso que las personas que abusan tanto del móvil es porque se sienten solas y precisan hablar con alguien, sea quien sea y del tema que sea, para aliviar esa soledad.

¿Nadie quiere ser amigo de ellos?

No es normal dar tantos rodeos para decir cosas que, en cuestión de segundo, se pueden despachar… Pero bueno. Correremos un tupido velo… De momento, esta tarde me voy al cine, necesito pasar un par de horitas desconectada del diabólico aparatito porque mañana... Mañana será otro día.

Me adentro en el mar

“Ningún lugar defrauda cuando es la emoción la que guía al viajero. Y como todo en esta vida, también se aprende a encontrar la emoción. Dispongámonos, pues, a disfrutar del placer de viajar en nuestra próxima salida, y si no podemos movernos, viajemos con ayuda de la imaginación y los libros”.

(Javier Reverte)

El beso

Desde hace tiempo ha corrido el rumor de que el beso del Hôtel de Ville fue una imagen pactado entre los jóvenes enamorados y el fotógrafo Robert Doisneau, pero yo pienso que no fue así. Esta célebre instantánea –un clásico-, que el fotógrafo realizó 1950 en París es, sin duda alguna, el vivo reflejo de la pasión, el más bello instante de todo enamorado, el arte por excelencia del amor. Es imposible tratar de negociar un beso de esa categoría; la imagen lo dice todo, las palabras sobran.

Que bonito es el amor

Alza la voz mi amado y me dice:
Levántate, amada mía, ven.
Porque, mira, ha pasado el invierno,
ha cesado la lluvia y se ha ido.
Han nacido las flores en la tierra,
ha llegado el tiempo de la poda;
ya la voz de la tórtola se siente
en nuestra tierra.

Paloma mía, en las grietas de las peñas,
en escarpados escondrijos,
muéstrame tu rostro,
déjame oír tu voz,
porque tu voz es dulce
y tu rostro encantador.

Qué bonito es el amor. El cantar de los cantares así nos lo recuerda. Parejita, os deseo lo mejor en este nuevo camino que emprendéis.