miércoles, 29 de diciembre de 2010

El fin de año

Se aproxima el fin de año, ya queda menos... Un día que para muchos es el día de la fiesta nacional porque no hay más que salir a la calle para ver a algunos cómo se ponen... Beben como cosacos, como si fuera el final del mundo en lugar del fin del año, y llegan a hacer cosas que mejor no recorcar.

Para mí, el fin de año es un día que me provoca nostalgia a la par que alegría. Nostalgia por las personas que me gustarías tener a mi lado, pero que ya solamente están en el recuerdo. Nostalgia por cosas que he vivido y he disfrutado tanto, que me gustaría volver a revivir, y nostalgia por aquellas otras cosas que por miedo o no sé qué otro motivo, no he podido vivir.
Pero esta nostalgia también viene combinada con la alegría. Alegría por todo cuanto he podido hacer. Alegría por la gente que me rodea y que tanto quiero, y alegría porque comienza una nueva etapa repleta de sensaciones y emociones completamente diferentes a las vividas hasta el momento.
El fin de año puede que sea un día más para muchos, pero aunque así lo sea -seamos realistas- considero que es preciso que todos contemos con un momento que marque un punto y seguido a nuestro día a día. Ese punto y seguido -que también podría ser el 11 de agosto, por ejemplo-, pero está marcado el 31 de diciembre y tampoco está mal, es más que necesario para hacer balance, para valorar lo hecho, para recapacitar sobre lo que no llegamos a hacer, para plantearnos nuevos retos y para continuar luchando por esa meta marcada hace un tiempo...
El fin de año me gusta! Es un día más, pero un día más para disfrutar con la familia y con los amigos. Por este motivo, el final del 2010, como ya es habitual, lo pasaré en el Restaurante de mi familia -El Alias-. Desde siempre me ha gustado pasar el rato del aperitivo allí porque al tiempo que me tomo alguna que otra caña, echo una mano, escucho los tradicionales aguilandos y comparto con los clientes y amigos de "la Casa" -como así le llaman muchos- unos momentos únicos e innolvidables, que se prolongarán hasta la cena con la familia y las copas con los amigos por algún que otro local de Murcia...
Por si no nos vemos,
¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELIZ AÑO 2011!!!!!!!!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Ahora sí. Ya ha llegado la Navidad

Ha llegado la Navidad. Ahora sí! Aunque los centros comerciales nos vienen saturando de estas fechas desde hace cerca de un mes, desde hoy -día del sorteo más esperado por todos los españoles- podemos afirmar con total y absoluta rotundidad que ya ha llegado la Navidad. El día nacional de la salud para quienes no nos ha tocado la lotería, y el día más importante para aquéllos otros a los que sí que les ha tocado un buen pedacito del sorteo.
Las cenas y comidas de empresa y amigos han sido otro de los anuncios de la llegada de Navidad, pero el día 22 es el que marca el ajetreo y el movimiento en su máximo explendor. Ya se ha cobrado la paga extraordinaria, o al menos eso creo porque no lo he mirado, y ya queda menos para hacer las compras a contrarreloj antes de Nochebuena. Esa noche en la que las familias se reúnen después de semanas o meses. Una noche en la que todo debe estar en perfectas condiciones y todo debe cuidarse al máximo detalle. Una noche en la que las risas, las largas conversaciones y los recuerdos afloran por doquier.
Todo es una constante de preparativos: los regalos, la cena, las llegadas, las marchas, las ausencias...
Todo es una constante de todo, pero... ¿es éste el verdadero sentido de la Navidad? Esta pregunta me la he hecho en muchas ocasiones. Una pregunta que surge al ver todo lo que rodea a estos días y al ver cómo la gente actúa. Creo que algo falta. Algo que va más allá del estrés, las compras y las comilonas... Algo que es menos superficial a todo lo que envuelve a estos días; pero como no podemos ir contracorriente, lo mejor es pensar que... Ya ha llegado la Navidad!...

martes, 14 de diciembre de 2010

Han pasado más de siete años

Fue en junio de 2003 cuando inicié mi andadura con el título de periodista. Ya había hecho alguna cosilla en radio y televisión, pero todo habían sido prácticas y cosillas de principiante. Mi primer trabajo con la carrera de periodista terminada comenzó en ese año 2003. Un año complicado porque un acontecimiento duro y triste nubló algo tan esperado por toda mi familia. La pérdida de mi padre, en abril de 2003, me llevó a luchar con todas mis fuerzas para terminar la carrera y entrar a trabajar en una de las empresas que tanto deseaba mi padre y yo misma. Fue un año complicado, pero su fortaleza -desde lo desconocido- me animó a caminar con confianza y con especial ilusión; pues todo cuanto hacía estaba dedicado única y exclusivamente a él.

Han pasado ya más de siete año de aquéllos momentos tristes -por la marcha de mi padre-, pero felices porque hacía realidad su sueño y el mío: el comenzar mi carrera profesional en un periódico nacional. Esa mezcla de sentimientos me hizo dedicarme por completo a mi profesión y a hacer las cosas como mi padre siempre me había enseñado: entregando todo mi esfuerzo y dedicación.

Ahora, como antes apuntaba, han pasado más de siete años desde esos inicios y la ilusión, la fortaleza y el esfuerzo por el buen hacer en el trabajo y en mi vida es una constante diaria, y todo se lo debo a él. Todo se lo debo a quien -desde el primer momento- mostró su confianza en mí porque sabía que en ningún momento le decepcionaría. Y así ha sido y seguirá siendo.

Han pasado más de siete años, ya no estoy en esa empresa, una empresa que me ofreció tantas cosas y que también me quitó algunas. Una empresa en la que aprendí mucho y en la que contribuí a otras tantas con el paso de los años. Ahora simplemente queda el recuerdo, un recuerdo que con tanto cariño llevo conmigo, y seguiré llevando, porque si de algo estoy orgullosa es que esos comienzos ayudaron mucho a ser la persona que hoy en día soy.

Esta noche, que la empresa celebra su cena de empresa, volveré a pisar ese lugar en el que me inicié en el periodismo. Un lugar en el que he llorado, he reído y he dedicado horas y horas a hacer todo lo posible por informar -de la mejor manera posible-, por ofrecer mi versión de los hechos más relevelantes de la Región de Murcia a todos los lectores que, por iniciativa propia, decidían elegir ese periódico para conocer la actualidad regional.

Esta noche volveré a recordar esos comienzos, volveré a sentarme en alguna de las sillas que tantas horas aguantó el peso y el estrés de la noticia del día y sonreiré, como muestra de agradecimiento, a quien con tanta ilusión y emoción ansiaba la llegada de mis comienzos en el mundo del periodismo.

Esta noche se volverán a conjugar la tristeza y la felicidad, esta noche te volveré a tener presente -como cada día-, aunque hayan pasado más de siente años...

martes, 7 de diciembre de 2010

Lo necesito

Ves que pasan las horas y los días y no sucedece. El malestar corporar parece remitir recién levantada, pero conforme va trancurriendo el día el cansancio llega y el dolor se acentúa. Es preciso tomar algo para aliviar el dolor, pero ese alivio es temporal porque nuevamente vuelve a a parecer el malestar y ese cansancio que te hace sentirte mal, qué digo, fatal!

Han pasado casi dos semana desde que tuviera el accidente, ese inesperado golpe en el coche en el que una chica se estampó contra mi vehículo, y la mente no deja de dar y dar vueltas. He tenido que dejar de trabajar, los dolores de cabeza y los mareos se suceden constantemente y el día se hace eterno e insoportable; el aburrimiento y la desesperación se han apoderado de mi desde hace más de una semana y lo peor de todo es que nada puedo hacer contra eso. No está en mis manos y eso es algo que me supera y hasta me hace sentir peor.
Daría lo que fuera por poder incorporarme al trabajo ya. Yo no soy una persona pasiva; de esas a las que le gusta ver pasar los días sin que nada sustancioso e interesante, aunque sea asunto laboral, pase por delante de mis ojos. Necesito la presión, el ajetreo y el constante movimiento al que me veo sometida cada día que voy a trabajar.
No me cabe en la cabeza cómo puede haber gente a la que le guste desperdiciar los días sin hacer nada, sin hacer algo por los demás, sin demostrar su valía, sin dedicar una larga jornada laboral y llegar a casa cansada por los esfuerzos realizados a lo largo de un gran día de trabajo. Lo echo tanto de menos... Es tan reconfortante...
Daría lo que fuera por echar atrás, volver al día en el que tuve el incidente, y cambiarlo todo para que ésto no hubiera sucedido. Necesito volver a demostrar -a mi y a los demás- lo que valgo. Necesito volver a sentirme útil. Necesito volver a mi ritmo incesante, a relacionarme con la gente con la que trabajo, a cabrearme porque algo no lo he hecho como debía... Necesito volver a mi rutina laboral. Una rutina que es tan importante para mi como el comer o el respirar.

viernes, 3 de diciembre de 2010

MOVISTAR es una empresa que engaña y roba a la gente

Indignante! Esta es la única palabra correcta que me viene a la mente...
Eran las 9.00 horas cuando he decidido coger el teléfono para presentar una reclamación a MOVISTAR y dar de baja dos líneas que no sé el porqué me han pasado a mi cuenta de teléfono móvil.
Error. Esta es la palabra que me viene, tras cerca de dos horas pegada al teléfono. Error por haber iniciado esa ronda de llamadas a personas desconocidas y situadas en no sé que partes del mundo.
Error, así es. Un ERROR en mayúsculas porque he perdido dos horas casi de mi preciado tiempo en algo que no he logrado conseguir.
He hablado con al menos diez operadores de MOVISTAR, cada uno de una procedencia diferentes y situados en diferentes partes del mundo. No entiendo cómo podemos permitir ésto y digo, no entiendo cómo podemos permitir ésto porque todos -o la inmesa mayoría- que hemos tenido un problema no hemos tomado la decisión rotunda de dar de baja todas y cada una de las líneas que tenemos con esta impresentable empresa llamada MOVISTAR -lo vuelvo a poner para que conste y no se le olvide al que dedique unos minutos a leer este post-.
Ahora, 10.55 horas, como insisto y vuelvo a insistir en querer dar de baja esas dos líneas, tratan de comerme la cabeza preguntándome por qué quiero darme de baja, qué problemas he tenido, qué carencias he percibido en el servicio... Así una y otra vez...
¡¡¡¡Es que esta empresa no entiende que NO quiero esas líneas que yo no he contratado!!!!!
En mi vida había pedido tantas veces "por favor" para algo. Hoy, tras dos horas colgada al teléfono, creo haber repetido esa frase así como 80 veces...
Indignante! Una vez más, MOVISTAR me demuestra que es una gran empresa que se ha hecho así de potente engañando y robando a la gente.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Pequeñas pinceladas


Liberar la mente de la rutina diaria y abrirla a nuevos descubrimientos a través del color. Este es el fin de los intensos ratos que dedico a pintar lienzos.

Mi estado de ánimo lo describe la tonalidad del color, el sosiego o la calma lo trazan las líneas y mis aspiraciones vienen dadas por combinación de los elementos.



La soledad buscada




La pareja


La meditación



El Simbolismo


domingo, 21 de noviembre de 2010

La poca originalidad de las bodas

Nunca me habría planteado ir a una de esas ferias que organizas con motivo de la celebración de bodas, pero estando rodeada de futuras casaderas, el otro día, una amiga me propuso llevar a una amiga, que se casa el próximo año, a la que celebran, hasta hoy, en Ifepa. La verdad es que en el primer momento, me resultó un tanto raro, ya que como apuntaba anteriormente, nunca, pero nunca se me habría pasado por la cabeza acudir a uno de esos salones en los que decenas de empresas se reúnen para organizarte el que muchos califican "el día más importante de una pareja".

Montadas las tres en el coche, con los cupones de descuento para la entrada al recinto y allí estábamos ayer. Sábado tarde, 21 de noviembre, 17.15 horas, camino de Torre Pacheco para ir cogiendo ideas de cómo sería su vestido, la oferta de salones de celebraciones, los abalorios, las flores, el fotógrafo, el viaje de novios, hasta los muebles para la casa, por si aún no la tienen montada los novios, y ¡ah!, algo que poca relación tiene con ese día, pero que sí tiene que ver con la pareja: stads con ropita para bebés, carritos, juguetes...

Un pupurri de gente y cosas con un único objetivo: venderles al futuro matrimonio un día único e inolvidable; y digo único e inolvidable porque muchos de los que pasan por todo ese jaleo terminan acordándose de ese día toda su vida; pero no por la boda en sí, sino por el pastón que cuesta casarse hoy en día.

Y es que... ¡Menudo negocio envuelve a una boda!

La sociedad de consumo en la que vivimos te lo da hecho. Sin embargo, ¿de verdad ese día precisa que esté todo tan organizado y preparado? Está bien que todo te lo den hecho, pero...


¿Hasta qué punto puedes decir que esa es tú boda?

Si hacemos un poco de balance de las últimas bodas a las que hemos ido, ¿A que hay poca diferencia de una a otra? Pues sí, poca por no decir casi ninguna. Yo diría que todas las bodas son iguales, pero con diferentes protagonistas. Vas a la Iglesia o al juzgado, luego te haces las fotos -mientras los invitados se toma unas cañas y se entonan para la comida o cena-, llegas al restaurante, te ponen una canción, entran los novios y todos se ponen a comer como cerdos. Después, sesión de fotos de los novios, desde que nacieron hasta el último viaje que hicieron juntos, cortan la tarta, la gente se empieza a levantar de sus ubicaciones, los novios abren la sesión de copas con un baile y al final, todos terminan borrachos y bailando canciones de antaño...

No hay originalidad alguna, todo es impersonal, todo se ha mecanizado de tal forma que celebrar una boda es ya algo tan sumamente mecánico, que llega hasta a aburrir.

Pero yo ayer no me aburrí porque hubo detalles que hicieron que esa tarde de sábado quede en mi memoria durante un largo periodo de tiempo. El olor a estiércol al entrar al recinto ferial –en pleno campo de Cartagena-, los ostentosos y pomposos vestidos de novia –lucidos por modelos inexpertas en pasarela-, un stand para buscar novi@ -imagino que sería para que colemos las solteras que acompañamos a las casaderas-, un fotógrafo que hace reportajes en 3D –para aquéllos que no pueden asistir a la boda y así, al ver el álbum, pueden vivirla como si estuviera pasando en ese momento-, los resecos donuts de la cafetería -aunque no los probamos, por la pinta que tenía todo, era lo mejor que uno podía echarse a la boca tras la caminata por el recinto- y la estridente música de los desfiles –ruido y más ruido- fueron los elementos que más me llamaron la atención del II Salón de Bodas y Hogar de Torre Pacheco.



Sin lugar a duda, estos pequeños detalles fueron los que aportaron ese toque de originalidad del que hablaba antes y que es preciso alcanzar para que algo -lo que sea- no quede en el olvido y lo recordemos durante un largo periodo de tiempo…


jueves, 11 de noviembre de 2010

De qué sirve subir a la cima

Se acaba el día. Decimos adiós a una jornada repleta de momentos esperados y de sorpresa, decimos adiós a nuevas y viejas sensaciones, adiós a innovadoras ideas, a pensamientos, adiós a algunas miradas cómplices y otras no tanto, adiós a minutos de sosiego, adiós a horas de estrés, adiós a un nuevo día, que poco a poco torna a pasado. Adiós a este jueves...
"Hay gestos, sonidos o palabras que te dan fuerza, te alegran el día, te hacen sentirte especial..." Esta frase, escrita por una compañera de trabajo esta mañana en Facebook, ha motivado que le dedique un post en mi burbuja. ¡Y qué razón tiene!... Al hilo de ésta frase me ha venido a la mente otra que tanto me gusta y a la que de vez en cuando hago alusión: La esencia está en los pequeños detalles. Esas pequeñas cosas a las que casi nadie presta atención y en las que reside una parte importante de nuestra felicidad.

Quienes encontramos en los pequeños detalles partes esenciales de nuestra existencia, desechamos las grandezas, esas que son tan pasajeras, a pesar de ser grandes, para mostrarnos ante aquéllas otras que su sencillez nos hacen sentirnos especiales, hasta el punto de alegrarnos un día y hasta una semana si cabe.

Esos pequeños gestos, sonidos o palabras que apuntaba mi compañera son tan importantes y esenciales, que un día horrible puede llegar a convertirse en el día más bonito y maravilloso del mundo, contribuyendo así, a que nuestra existencia vaya, poco a poco, alcanzando un nivel único y extraordinario.

De qué sirve alcanzar grandes cosas, si al final del camino nos encontramos solos y no tenemos con quién compartir ese hallazgo. De qué sirve subir a la cima, si nada nos va a hacer manternos...
Realmente, no sirve para nada porque al final lo que queda es eso, nada...
Lo que realmente sirve es encontrar esa sonrisa, ese abrazo o esa simple y profunda frase: Te quiero.

domingo, 7 de noviembre de 2010

A los centros comerciales no se va los fines de semana

A los centros comerciales no se va los fines de semana. Es frase me la tengo que repetir una y otra vez para que nunca se me olvide, de hecho creo que voy a tener que hacer algo para que la próxima vez que se me ocurra acudir a una gran superficie se encienda en mi cabeza la luz de alarma, al tiempo que se repita una y otra vez la frase: ¡¡¡Prohibido, prohibido, a los centros comerciales no se va los fines de semana. Acuérdate de la última vez!!!

Como si hubiera sido la única persona que decidía acudir esta mañana temprano, he salido del gimnasio, he desayunado y me he dirigido, todo feliz y contenta, a estas grandes superficies a comprar. El carro rebosante: unas cortinas, una alfombra para el salón, un spray para terminar de tunear las mesillas de la habitación… Lo tenía casi todo, pero tenía que entrar también en Ikea porque algunas de las cosas vistas en LeRoy Merlín no me terminaban de gustar.

Iba bien de hora, he pensado, la gente decidirá asistir a estos centros comerciales esta tarde, ahora con total seguridad, no habrá mucho jaleo. Todo convencida me he adentrado, pero iba tan ensimismada y tan metida en el tamaño y los colores de las cortinas, que no he me percatado de que los coches se adentraban, uno tras otro, en los aparcamientos, sin dejar hueco para un alfiler.

Entre sillas, mesas y sillones he mirado a mi alrededor y me he dicho: ufff, parece que está empezando a venir gente, voy a darme prisa que se aproxima la hora de comer.

Evidentemente, ni me he dado prisa ni he sido consciente de que, al igual que yo, muchas personas aprovechan estos días para pasear y hacer esas compran que a lo largo de la semana no pueden hacer. Ya lo tenía todo, ya estaba preparada para pagar mi cuenta y salir disparada a casa a tomar algo y dormir la sienta, pero conforme avanzaba, la marabunta se ampliaba…

Mucha gente paseaba, es verdad, pero un sinfín de carros aguardaba en las densas y ruidosas filas de las cajas para abonar los importes de descomunales cuentas configuradas por dos, tres y hasta cuatro carros por persona…

No lo podía creer. Miraba a un lado: gente a montón. Miraba al otro: igualmente, gente a montón. Pues para estar en crisis, las compras no son nada pequeñas, me he dicho a mi misma. No sabía que hacer, eran cerca de las tres, tenía hambre, me estaba empezando a poner nerviosa y de lo que sí que no estaba dispuesta era a tener que esperar, mínimo una hora, para pagar.

Ahora que estoy frente al ordenador pienso en mi gran bolsa amarilla… Estaba repleta de cosas y seguramente continuará apoyada en el estante que la dejé, aguardando a que le toque su turno. Turno que le llegará una de estas tardes, entre semana claro, porque lo que sí que tengo más que asumido es que no volveré a cometer el error de ir a un centro comercial en fin de semana.


viernes, 5 de noviembre de 2010

SOS Nuestra cultura gastronómica se pierde

Leo esta mañana en la prensa una información del periodista Ismael Galiana en la que da a conocer que, de enero a octubre de 2010, un total de 127 restaurante de la Región de Murcia se han dado de baja, frente a los 47 que se han abierto. El asombro ya no está solamente en esta desalentadora cifra, sino en el hecho de que un número muy elevado de esos restaurantes cerrados son locales de antaño, locales que han pasado de generación en generación, y que hasta el momento configuraban la clave esencial de la gastronomía regional murciana.
Yo, hija, nieta y bisnieta de hosteleros, no he podido dejar pasar por alto esta información por lo que conlleva, y me indigna ver como la crisis que venimos sufriendo desde el año 2008 está arrasando, como si de un Tsunami se tratara, a pequeñas y medianas empresas familiares de la Región de Murcia. Y todo esto sucede al tiempo que las altas esferas se preocupan únicamente por cambiar de ministerios, por criticar a la oposión o por ver si a unos u otros le han regalado o no un traje de marca por hacer no sé que favores...
No quiero adentrarme en asuntos políticos porque desde que escribo en mi Burbuja Escondida no ha sido mi menester, pero lo cierto y verdad es que las autoridades deberían tomar cartas en el asunto, y de forma urgente, para ver qué es lo que realmente está pasando con estos restaurantes y locales históricos, buques insignia de la cocina de la Región, y qué ayudas precisan para que puedan salir a flote y sigan encabezando uno de los atractivos turísticos más importantes de la Región de Murcia.
Continúo adentrándome en la gravedad del asunto, y no entiendo cómo permiten que estos lugares, algunos centenarios, estén cerrando sus puertas y dejando huérfana una parte importante de la historia murciana. De la misma forma que no entiendo cómo es posible que permitan que mientras nuestra cultura gastronómica se pierde, centenares de comida americana, italiana, turca y de otras procedencias, se mantienen sin ofrecer nada de Murcia al turista que viene a conocer nuestra Región, nuestras costumbres y nuestras tradiciones.
Mi granito de arena lo puse cuando tomé la determinación de acudir a locales que no ofrecieran la comida regional, como mucho, una o dos veces cada tres meses o más. A ver qué decisiones toman otros y otras...

jueves, 4 de noviembre de 2010

Premios Ondas 2010

Susana Griso, premio a la mejor presentadora, y Carlos Herrera, premio a la mejor trayectoria profesional. Sin lugar a duda este año los premios Ondas han recaído sobre dos grandes figuras de la comunicación española. Dos grandes profesionales que, desde el primer momento que aparecieron en los medios sociales -en televisión y en radio-, han demostrado, y continúan demostrando, que el buen periodismo aún existe afortunadamente.

Los que nos dedicamos a esta profesión, pero en otros ámbitos de la comunicación social y que no son tan conocidos a nivel nacional, nos sentimos orgullosos, orgullosísimos, de ambos nombramientos, y digo nos sentimos, porque aunque parezca mentira el periodismo serio, la profesionalidad y la responsabilidad de un periodista está siendo laureada con grandes nombres, y se ha dejado de lado -por fin!- el periodismo esperpéntico, ese lado oscuro de la profesión que los que de verdad nos sentimos y ejercemos como periodistas serios, siendo conscientes de la responsabilidad que tenemos tanto echamos por tierra.

Desde esta Burbuja Escondida quiero hacer un llamamiento a todos aquellos periodistas que, como yo, nos sentimos cada día más convencidos de que en algún momento desaparecerá esa lacra que apareció en nuestra profesión de un tiempo a esta parte, y que tantos malos estragos nos está haciendo pasar.

Nuevamente, ENHORABUENA a estos dos grandes profesionales.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Quiero mi naranja entera

Yo no quiero mi media naranja, yo quiero mi naranja entera! Así es y quien diga lo contrario se equivoca, como tantas y tantas veces me he equivocado yo en mis pocos, pero intensos 30 años de existencia.
Estamos cansados de escuchar, y digo estamos cansados porque no soy la única, tópicos tales como: los polos opuestos se atraen, cuanto más diferentes, más amor; es preciso encontrar una persona que te complemente y eso te lo da una persona que no tenga lo que tú tienes; tienes que buscar a alguien que no tenga nada que ver contigo...

Error, un craso error en mayúsculas.

Por ejemplo, si eres una persona extrovertida, alegre, que te gusta bailar, que te gusta escribir, ir al cine, hacer deportes… Cómo puede haber alguien que te diga: tienes que buscarte a una persona que sea lo contrario a ti… Y yo me pregunto, ¿Cómo se puede estar bien con alguien que es callado, no muy risueño, que pasa de bailar, que solamente ve las películas que se baja de internet, que su único deporte es el levantamiento de vidrio y barra fija, y que el término escribir solamente lo entiende cuando tiene que elaborar la lista de compra…?

Está claro que, mientras yo escribo, el otro se tirará en el sofá a hacer zapping; mientras hago algo de deportes, el otro estará dándole al codo y cuando quiera ir a ver una peli, el otro dirá que ya se la ha descargado del emule... Puede tener algo de romanticismo -déjenme que lo dude-, puede haber mucho amor -será ciego-, pero al final, ¿en qué queda esa relación de polos opuestos?
Evidentemente, es un error tratar de pensar que en algún momento la relación entre esas dos personas pueda llegar a buen puerto, y qué digo de buen puerto, simplemente el hecho de tratar de zarpar debe de ser una trepidante y misteriosa historia que yo, de momento, me abstengo a iniciar.

Hasta el momento he llegado al huesecillo, a algo de pulpa y si nos apuramos un poco a algún gajo de naranja, pero nada de un cuarto de naranja y mucho menos de media media. La naranja entera, mi naranja entera, estoy segura que existir, debe de existir aunque aún no la haya encontrado, así que seguiremos juntado al rasca y gana, aunque "sigue buscando" sea la única respuesta encontrada hasta el momento en ese onírico mundo de las relaciones sentimentales.

martes, 2 de noviembre de 2010

Hormigas en mi barriga

Hormiguitas en el estómago. Cuántas veces hemos sentido esa sensación. Uff... Muchos han sido los momentos en los que he notado la sensación de tener a esos diminutos seres en mi barriga. Cierro los ojos y me imagino a un regimiento de hormigas vestidas de soldados correteando, gritando y acelerando el ritmo a medida que va pasando el tiempo. Centenares de hormigas recorriedo mi interior, sin un sentido en su recorrido y perturbando la relajación y el equilibrio normal de todo ser. Un nerviosismo, en ocasiones placentero, pero en otras no tanto, que se acentúa conforme vas pensando más en lo que tienes que decir, en lo que esperas que te digan o en lo que va a suceder.
Cuando ese cosquilleo no es placentero, siempre optamos por la respiración profunda para hacerlas desaparecer, también hay ocasiones en las que tratamos de pensar en otra cosa para evadirlas, pero el agobio viene cuando pasa el tiempo y ese leve hormigueo pasa a convertirse en una enorme batalla de minúsculos seres que invaden todo tú cuerpo hasta generarte un malestar desagradable, que llega hasta quitarnos el sueño y a no atinar en nada de lo que tenemos que hacer.
Como decía, las hay placenteras y otras no tanto, pero lo cierto y verdad es que se trata de una reacción incontrolable a todo ser humano que, aunque en ocasiones nos causes malas pasadas, nos hacen darnos cuenta de que estamos vivos, de que sentimos, de que precisamos un cambio en nuestro ritmo habitual y de que algo nuevo y desconocido se avecina.

jueves, 29 de abril de 2010

Fondo en blanco

Un fondo en blanco, recostada sobre la mesa, con la mirada fija en ese fondo y reviviendo rápidamente un sinfín de historias que le gustaría contar... Vuelve a la realidad con un leve movimiento que le hace prestar atención a ese fondo blanco que le pide con ansiedad: ¡Escribe, que no deje pasar lo que hay en tú interior. Hoy es el día!

Pero no se decide. No sabe por dónde empezar, tampoco sabe si realmente le interesa contar algo. La presión de su ego le obliga a que sea ella sola la que disfrute de todo lo que la vida le ha ido regalando de un tiempo a esta parte. Le exige seguir teniendo ese fondo en blanco.

Se ha vuelto ambiciosa, desconfiada y hasta un tanto retorcida. No quiere compartir su interior con nadie, no quiere que le vuelvan a robar lo que un día desapareció sin apenas darse cuenta y que ahora, con tanto esfuerzo, ha logrado recurar nuevamente.

¿Pasará?

No se sabe...

Fija un poco la mirada y observa que ese fondo en blanco ha adquirido un pequeño matiz... Es suave, casi imperceptible a resto, pero ella lo está viendo...

¿Resultará ser una señal?

No se sabe...

Solamente el tiempo determinará si ese fondo tornará a un color vivo o apagado, a varios o a la neutralidad presente...

sábado, 16 de enero de 2010

meses revoloteando

¿Miedo? Puede ser la palabra, no lo sé o tal vez sí... He tratado de ahondar para encontrar la respuesta a esa pregunta que me viene persiguiendo desde hace tiempo, pero por el momento no he hallado respuesta, tal vez aún no que quiero encontrarla o la tengo tan clara, que lo mejor es correr un tupido velo.

Después de un largo periodo de abandono, pero no de olvido, he decidido volver a tratar con mi burbuja escondida, pero el interés y la situación actual -después de varios meses revoloteando- me hacen ver que durante este tiempo ha sido necesario andar por un camino diferente al que había elegido y que realmente estaba en total sintonía con mi forma de ser. Sin embargo, las circunstancias, el entorno, tal vez porque voy ya a por los 30..., el aburrimiento y la desesperación me han hecho ver que aun pensado de una forma y teniendo unas metas, los caminos que debo seguir han tenido que ser suplantados por otros diferentes.
Incluso el escribir se me costoso, duro y, en ocasiones, esta actitud me obligue a no decir lo que realmente debería o quisiera... El hermetismo se ha apoderado de mí, dejaremos que actúe. A vér dónde nos lleva.