lunes, 2 de febrero de 2009

La primera y la última




Si se tienen problemas de insomnio, la solución está en ver la gala de los Goya; ya lo apuntaba esta mañana en el Facebook y no he podido resistirme a escribir hoy sobre el tema. Hasta ayer no había experimentado lo que era ver la entrega de los máximos galardones del cine español, consideraba que como española debía sentarme frente al televisor y disfrutar plácidamente de la gala; pero, evidentemente, lo de disfrutar fue porque al mismo tiempo que tenía de fondo la televisión, leía las últimas páginas de “Un árbol crece en Brooklyn” –por cierto, una historia que me ha gustado bastante-.


El momento estelar llego cuando apareció la presentadora de la gala, Carmen Machi, más conocida como Aída, con la misma poca gracia que en esa serie que protagoniza en Tele 5 y con un traje, a modo de morcilla de Burgos, que le sentaba realmente fatal. Si el comienzo fue horrible, ni que decir tiene cuando aparecieron los cuatro humoristas que amenizaban la velada: Muchachada Nui. Un grupo totalmente insulso, carente de gracia, picardía e incapaz de hacerme esbozar una simple sonrisa; no quiero decir con esto que sean malos, no por favor, tal vez el problema lo tenga yo, que no entiendo el humor español porque algunos de los sketches que protagonizaron me dejaron con cara de interrogante.


Si estos personajillos y la presentadora motivaron mi desinterés total por la gala, las perlas que fueron soltando algunos de los ganadores de los Goya fue lo que terminó de rematarme, hasta tal punto que aún no habían dado las once de la noche y ya me encontraba en los brazos de Morfeo.


Bueno, puedo decir que llegué al final de la gala porque justo cuando terminaba sentí como mi madre me tocaba levemente en el brazo y me decía: cariño vete a la cama que ya es tarde. He visto el principio y el final de la gala, no está mal para ser la primera y la última vez que me pongo frente al televisor para ver la entrega los Goya.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Se puede decir más alto, pero no más claro. Una verdadera "patata".

Si te sorprendió el vestido morcillero con el que comenzó la gala la señora Machi, es porque quizá no viste con que la termino...sin duda, me quedo con ese vestido rojo terciopelo, de raso, al más puro estilo de la corte de Luis XIV de Borbón, pero que parecía comprado en alguna tienda de novias de Zarandona (no sólo estaba desfasado y era perullo, la hacía más gorda, y en ocasiones, tan bajita que creía estar viendo a la tercera finalista de GH10).

Solo tengo una duda: Exactamente, a que se dedican los estilistas???
Y es que no fué Aída la única...

-Leonor Watling no dudó en ir a la gala sin peinar, y con un vestido sacado del baúl de Karina.
-Miriam Díaz Aroca con ese vestido de escote asimétrico, que evocaba a las batas de cola de "la más grande"
-La presi de la Academia llena de rayas, en negro y morado, por si no nos habíamos dado cuenta de que el diseño era de Devota & Lomba.
-Y por favor, que denuncien al peluquero de la niña "Camino". Ese peinado tiene que dejar una marca para toda la vida, parecía una seta.

Y porque sólo hablo del estilismo, y de algunos...el resto de la gala fué más de lo mismo (y eso que la veía haciendo zapping).

Fdo. La niña que espera que nunca la nominen a un Goya.

@AbellanMurcia dijo...

Tienes razón, el vestido color rojo también era digno de dedicarle más de una línea. Creo que Zarandona, el paraíso de las novias, hacen trajes más elegantes y con más estilo... Una pena que no seamos nosotras nominadas a los Goya porque estoy segura que pondríamos la clase, el estilo y el glamour que le faltó a la gala. jejejeje

Anónimo dijo...

vaya par de rajadoras, jejeje yo no la ví pero bueno habeís pensado que podeis herir sentimientos jejejeje. Mil besos a ambas cuando acabe mi infierno nos tomamos unas cañas.