miércoles, 20 de mayo de 2009

no cuesta trabajo

He escuchado hace un momento que cuando reímos movemos hasta un total de 15 músculos, 13 cuando gritamos y nueve cuando montamos en bicicleta, pero la cifra llega a superar la treintena, exactamente 34 músculos, cuando besamos a alguien. Unas cifras curiosas, sí señor, así que ¿por qué no dedicarnos a reírnos con la gente que nos rodea y a besar a quienes queremos?

Si todos decidiéramos practicar el ejercicio de la sonrisa diaria, las cosas serían diferentes y el mundo se movería de forma completamente distinta a como lo viene haciendo hasta ahora.

He intentado calcular la veces que me he podido reír a lo largo del día durante mi viajecito a Jerez, y puedo decir que es completamente imposible calcular las sonrisas y carcajadas que he esbozado durante estos cuatro días. Sonrisas nada fingidas, sonrisas profundamente sentidas, sonrisas repletas de ilusión y de alegría por compartir unos días con personas estupendas y más que divertidas.

Es cierto eso que dicen que cuando la positividad y el optimismo invade el interior de las personas éstas salen al exterior con mayor fuerza y generan un gran aura de positivdad y buen "rollito", como solemos decir; pero no queda ahí la cosa, ya no solamente se extiende hacia quienes te rodean, sino que además la fueza que viene hacia ti aumenta considerablemente esa positividad. En definitiva, ¿para que pensar en lo negativo si esa opción siempre la tenemos? ¿ Por qué no lanzarnos al vacío con la esperanza de que podremos volar? ¿ Por qué no movilizar todos y cuantos músculos podamos desprendiendo sonrisas por doquier?

Si más de uno se planteara así la vida las cosas irían mejor, no cuesta trabajo, simplemente hay que querer.


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