domingo, 25 de octubre de 2009

…Y los sueños, sueños son…

¿Qué tiene de malo soñar? Los sueños te realzan, te engrandecen, te hacen buscar desaforadamente el camino que otorgue respuesta a tus deseos, a tus aspiraciones, a lo que quieres conseguir… Los sueños te hacen ver de forma diferente la realidad, una realidad que no siempre es agradable de ver, y sin embargo se hace más grata cuando damos un toque de ensoñación a lo que está sucediendo. Continuamente estamos soñando, la diferencia que existe entre los sueños que tenemos mientras dormimos y lo que tenemos cuando estamos despiertos es la forma que adopta unos y otros. ¿Y no será que los sueños son la realidad y lo que estamos viviendo sea eso, un sueño?

Sea lo que sea, soñar es una de las facultades más importantes que tiene el ser humano y no podemos renunciar a ella. Yo no he dejado de soñar y espero y deseo que nunca lo deje de hacer. Ahora, al igual que siempre, mis sueños son infinitos, pero sin lugar a duda hay sueños que se reiteran de forma especial.

Sueño con ese momento tan especial en el que mi hermana dará a luz, un momento especial y único en el que me imagino como la mujer más feliz; sueño cómo viviré su nacimiento, cómo estaré a su lado escuchando sus lloros, viendo sus sonrisas, escuchando sus primeras palabras… Sueño con estar a su lado en cada momento, verle crecer y abrazarle y besarle.

También sueño en qué pasaría si mi padre estuviera con nosotros en ese momento tan especial, imagino su cara de felicidad, de hecho, en estos momentos le estoy viendo…Le imagino con su nieto en los brazos, rebosante de orgullo y con la ilusión de darle todo el cariño que necesitara el pequeño… Es inevitable no poder imaginar todo esto, la ilusión nos lleva a proyectar un sinfín de cosas, reales o no, impulsadas por la enorme fuerza interior que llevamos.

Son tantos los momentos especiales con los que sueño que tal vez, por ello, me siento viva, con ilusión por alcanzarlos y disfrutarlos; sin embargo, también sé que habrá algunos que no llegarán, otros se mostrarán de forma diferente a como los imaginé, pero habrá otros que seguro que llegarán. No desespero, no me aferro a ellos como único aliento de vida; disfruto del momento en el que los sueño, un momento que me hace sentir que los vivo, que son reales y aunque nunca los consiga, siempre podrá decir que en un momento determinado de mi vida, siendo realidad o ficción, logré llegar a conseguir lo que con tanta ilusión había soñado.

1 comentario:

Unknown dijo...

amiga que lindo lo que has escrito, realmente bellisimo, asi es debemos soñar, y hacer realidad nuestros sueños tambien es posible, con la perseverencia, alcanzamos y hacer realidades las cosas que hay veces pensamos que son imposibles, saludos desde Venezuela, un abrazo.