martes, 8 de noviembre de 2011

Momentos extraordinarios, momentos únicos

Su sonrisa rebosante de felicidad. Sus ojos repletos de total y absoluta ingenuidad. Su fino y suave pelo rubio. Sus palabras entrecortadas que muchas veces no alcanzo a entender. Sus tiernos abrazos. Sus dulces besos. Sus sueños profundo a los que he dedicados horas admirando…

Ya cuenta con veinte meses y aún creo que no es verdad, que aquel 9 de marzo fue un sueño, un sueño como el que parece que vivo cada vez que lo veo y me hace esbozar continuas sonrisas de completa felicidad.

Parece que fue ayer cuando mi hermana me dio la gran alegría de que iba a ser tita. Aquel momento no lo olvidaré jamás. Estaba en casa y recibí una llamada. Era mi hermana que me decía si me había despertado de la siesta, pero había algo que tenía que contarme y no podía esperar. “Que vas a ser tita”, me decía mi hermana… Esa frase hizo que el tiempo se parara por completo y no tuve más reacción que dar saltos de alegría, al mismo tiempo que le preguntaba, ¿¿¿pero es verdad???

Parece que fue ayer, pero desde aquel mes de junio de 2009 no han dejado de sucederse momentos extraordinarios y únicos. Momentos extraordinarios y únicos que quedarán en mi recuerdo para siempre. Momentos extraordinarios y únicos como su nacimiento, su primer biberón, su primer baño en la playa, sus primeras palabras, sus primeros pasos, su primera vez en el parque… Momentos extraordinarios y únicos como el que viví en la tarde de ayer, cuando lo llevé a hacerle una fotografía con el equipo del Real Murcia, antes del partido contra el Deportivo de la Coruña.

El intenso verde del césped, la intensa luz de los grandes focos del campo, el equipo peloteando sobre el campo con varias pelotas de color amarillo, el fuerte sonido de la música… Nada hizo que mi ratoncito (como suelo llamar a mi ahijado) quedara impasible ante lo que tenía delante de él. Todo era nuevo para él, y para mí también, todo le llamaba la atención, y su cara de asombro y sorpresa era igual o más que la mía. De hecho hubo un fotógrafo que captó ese momento que no olvidaré jamás y que resume el extraordinario momento vivido en la tarde de ayer: Mi ratoncito maravillado por todo cuanto le rodeaba y yo, en cuclillas y cogiéndole por la cintura, mirándole con una enorme sonrisa.

Tal vez, dentro de unos años, cuando mi ratoncito sea mayor no recuerde este u otros muchos momentos que hemos vivido juntos. Tal vez, tendré que enseñarle fotos y contarle con todo detalle lo que un día, siendo él muy pequeño, solíamos hacer. Tal vez no se acuerde, pero será para mi un enorme orgullo y una gran satisfacción poder contárselo y revivir esos momentos extraordinarios y únicos que hemos vivido juntos.



   

1 comentario:

Gabriel Maldonado Rufete dijo...

Vi tu foto con tu sobrino en La Verdad. Yo tengo una sobrina de la edad del tuyo...y son una maravilla. Cuando te llaman, cuando te abrazan, cuando los ves jugar...tenemos la responsabilidad de que nunca pierdan su sonrisa...
Un beso y disfrútalo.