Decidida a escribir, anoche –como de costumbre- me senté frente al ordenador para añadir algo nuevo a mi burbuja. Sabía lo que quería contar, aunque no supiera cómo, pero sabía quería contar algo y estaba decida a ello.
La sorpresa llegó cuando traté de pulsar las primeras teclas. Algo raro comenzaba a ocurrirme. No supe reaccionar, me había quedado en blanco, no sabía qué era lo que quería escribir y desconocía el verdadero sentido de estar frente al ordenar.
Me quedé completamente vacía, sin nada que pensar, sin nada que escribir, sin nada que poder decir en voz alta, sin nada que poder hacer, sin nada que sentir… No salía de mi asombro, al igual que en estos momentos, porque nunca antes me había pasado.
Traté de hacer un esfuerzo, pero nada. Recuerdo que solamente miraba el ordenador, los segundo pasaban y no tenía reacción alguna. Las palabras no salían, tampoco los pensamientos y los sentimientos no afloraban. Seguía mirando el ordenar y… nada. Un leve impulso me llevó a creer que volvía a ser yo, pero nada, fue una falsa alarma. No atinaba a nada porque todo carecía de sentido.
Nuevamente volví a sentir otro impulso, en esta ocasión un poco más intenso que el anterior, que propició la llegada a mi menta de dos simples palabras: buenas noche. No encontraba sentimiento alguno, ignoraba el significado real de esas dos palabras. Por qué esas dos palabras ocupaban mi pensamiento, por qué no sentía nada, por qué esas dos palabras fueron las únicas que pude teclear…
Desconcertada, sin respuestas, apagué el ordenar y me metí en la cama.
La sorpresa llegó cuando traté de pulsar las primeras teclas. Algo raro comenzaba a ocurrirme. No supe reaccionar, me había quedado en blanco, no sabía qué era lo que quería escribir y desconocía el verdadero sentido de estar frente al ordenar.
Me quedé completamente vacía, sin nada que pensar, sin nada que escribir, sin nada que poder decir en voz alta, sin nada que poder hacer, sin nada que sentir… No salía de mi asombro, al igual que en estos momentos, porque nunca antes me había pasado.
Traté de hacer un esfuerzo, pero nada. Recuerdo que solamente miraba el ordenador, los segundo pasaban y no tenía reacción alguna. Las palabras no salían, tampoco los pensamientos y los sentimientos no afloraban. Seguía mirando el ordenar y… nada. Un leve impulso me llevó a creer que volvía a ser yo, pero nada, fue una falsa alarma. No atinaba a nada porque todo carecía de sentido.
Nuevamente volví a sentir otro impulso, en esta ocasión un poco más intenso que el anterior, que propició la llegada a mi menta de dos simples palabras: buenas noche. No encontraba sentimiento alguno, ignoraba el significado real de esas dos palabras. Por qué esas dos palabras ocupaban mi pensamiento, por qué no sentía nada, por qué esas dos palabras fueron las únicas que pude teclear…
Desconcertada, sin respuestas, apagué el ordenar y me metí en la cama.
4 comentarios:
No tendría algo que ver Punset? Qué tal estuvo?
En absoluto. Al final no pude entrar. Había una cola impresionante y era preciso llevar invitación.
Mi gozo en un pozo, como dice Majo.
Pero reconoce que con o sin Punset, la tarde - noche tampoco estuvo mal...menudo temilla llevabamos entre manos, jeje, y si no que se lo digan a Emi.
Continuamos siendo oscuro objeto de deseo, y eso no da la felicidad...pero te alegra el día.
Guapa!!! Te quiero más que ayer pero menos que mañana.
Recuerda: ¿por qué se llama Bella? porque bella es la vida, la infancia, la amistad, la familia, la alegría, la pasíon (en el amor como en el fútbol). Si Punset leyera esto, estaría orgulloso.
Fdo. La niña....
Yo quiero enterarme de todo "aversipal" año que viene me entero de algo. Fascinante relato, el ordenar te deja frita no?.Qué guapisima en la rueda de prensa de estabas hoy esto sí que son paranoias. Te quiero.
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