sábado, 29 de noviembre de 2008

Siempre hay algo que hace que la noche sea diferente



Siempre pasa algo inesperado. Salir un viernes noche por Murcia puede convertirse en algo rutinario y, si me excedo un poco, casi aburrido; pero lo cierto y verdad es que siempre hay alguna cosa que hace que la noche sea diferente a las anteriores.
Aunque veas a la misma gente, aunque el plasta de turno te dé el coñazo, aunque veas a los mismos chinos ofreciéndote rosas, aunque los temas de conversación sean casi similares a los de la pasada semana, aunque vayas a los mismo locales y escuches la misma música, aunque te bebas un copa de más y te fumes cinco cigarros menos… Da igual, siempre hay algo inesperado que hace que la noche termine siendo más o menos divertida, pero diferente.

Anoche, al salir de la Aduana (nuestro lugar de encuentro) nos encontramos con un incidente un tanto peculiar. No me pude resistir y tuve que sacar la cámara.

Aún no termino de comprender cómo la conductora del coche llegó a darle el golpe que le dio al vehículo que estaba estacionado… Insólito. Afortunadamente no pasó nada, pero el golpe fue apoteósico y único. Si lo intentara repetir, sería imposible.

Pero lo llamativo ya no fue el golpe en sí, sino la cantidad de fisgones –entre los que me incluyo- que aparecimos como las abejas a la miel. Los bares vacíos y la calle repleta de gente viendo qué había pasado. Siempre pasa lo mismo, quién no ha disminuido la velocidad al ver que varios coches han colisionado o simplemente están parados en el arcén. Lo de anoche fue curioso porque mientras la policía trataba de averiguar qué había pasado y qué hacían, los mirones éramos también dignos de ser observados. Unos comían, otros bebían, otros se reían, otros hacían fotos, otros no hacían nada, simplemente miraban… Pero todos coincidíamos en algo: Mirar el brutal golpe que la pobre niña le había dado al coche.

Está claro, salir por las noches puede ser rutinario, pero siempre hay algo inesperado que la hace diferente.



1 comentario:

Anónimo dijo...

No dejo de pensar en la cara del dueño del coche que, gratuitamente, anoche se encontró con tal panorama.

Tienes mucha razón, siempre hay algo que hace que la noche sea diferente, que convierte una noche gris en una noche especial. Para mí la fué.


Fdo. La niña...de las noches especiales.