miércoles, 5 de noviembre de 2008

Y qué razón tenía...


Hoy estoy tranquila, plenamente serena, con energía y con la fortaleza suficiente para afrontar cualquier tormenta. Hoy me siento como si estuviera flotando entre las nubes. Hoy vuelvo a estar bien conmigo misma. Es difícil alcanzar el eterno equilibrio, pero hay que lograr conseguirlo. Hay que tener confianza. Las cosas llegan, de nada sirve precipitarse y adelantarse a los acontecimientos porque lo que tenga que llegar, llegará en algún momento. Una frase muy recurrida, pero cierta.

Ahora me viene a la mente algo que hace tiempo me decía un familiar en reiteradas ocasiones para que siempre lo tuviera presente: Lo que es tuyo, nadie te va a quitar; y lo que has labrado con la mayor de tus ilusiones, te dará el fruto que mereces. Y qué razón tenía...



1 comentario:

Anónimo dijo...

Se feliz porque te lo mereces y porque siempre habrá alguien que se enamorará de tu sonrisa