Hoy ha sido...

Después de un tiempo deseando no salir un sábado por la noche, hoy he conseguido apurar al máximo el día para que en estos momentos me pudiera encontrar tal y como me encuentro en estos momentos: sentada frente al ordenador, en pijama, con una leve música relajante de fondo, una vela que inunda el ambiente de mi habitación con el aroma a frutas del bosques, sin frío, calentita, un libro que espera a que termine de escribir estas líneas y una cama que me permitirá descansar y soñar plácidamente hasta el día de mañana…

El mejor momento del día es, sin lugar a duda, en el que me encuentro en este momento. Atrás quedó todo. Atrás quedó un día en el que nada estaba previsto, un día en el que han ido surgiendo acontecimientos sin esperar nada, un día en el que me he dejado llevar por lo que me tocaba vivir, un día en el que no esperaba que llegara a pasar nada, simplemente que pasara el tiempo. Un día en el que me he reído, un día en el que no me importaba lo que sucedía, un día en el que he querido olvidar lo que sucedió ayer, un día en el que me daba lo mismo lo que tuviera que pasar mañana…

Hoy ha sido un día en el que he dejado pasar el tiempo, no me he preocupado por nada, simplemente he disfrutado del momento y he hecho lo posible porque quien estaba a mi lado también estuviera así.

Como apuntaba una amiga esta mañana “la vida…es un ratico” y en estos momento no ha cabida para acoger aquello que pueda perturbar mi bienestar y el de los que me rodean. No lo quiero, cuando tenga que llegar, llegará, pero por ahora dejaré pasar el tiempo, disfrutaré al máximo de todo lo que me vaya viniendo y trataré de que quién esté a mi lado intente hacer lo mismo o, al menos, algo parecido…

Hoy ha sido un día más, pero no un sábado más.