miércoles, 3 de noviembre de 2010

Quiero mi naranja entera

Yo no quiero mi media naranja, yo quiero mi naranja entera! Así es y quien diga lo contrario se equivoca, como tantas y tantas veces me he equivocado yo en mis pocos, pero intensos 30 años de existencia.
Estamos cansados de escuchar, y digo estamos cansados porque no soy la única, tópicos tales como: los polos opuestos se atraen, cuanto más diferentes, más amor; es preciso encontrar una persona que te complemente y eso te lo da una persona que no tenga lo que tú tienes; tienes que buscar a alguien que no tenga nada que ver contigo...

Error, un craso error en mayúsculas.

Por ejemplo, si eres una persona extrovertida, alegre, que te gusta bailar, que te gusta escribir, ir al cine, hacer deportes… Cómo puede haber alguien que te diga: tienes que buscarte a una persona que sea lo contrario a ti… Y yo me pregunto, ¿Cómo se puede estar bien con alguien que es callado, no muy risueño, que pasa de bailar, que solamente ve las películas que se baja de internet, que su único deporte es el levantamiento de vidrio y barra fija, y que el término escribir solamente lo entiende cuando tiene que elaborar la lista de compra…?

Está claro que, mientras yo escribo, el otro se tirará en el sofá a hacer zapping; mientras hago algo de deportes, el otro estará dándole al codo y cuando quiera ir a ver una peli, el otro dirá que ya se la ha descargado del emule... Puede tener algo de romanticismo -déjenme que lo dude-, puede haber mucho amor -será ciego-, pero al final, ¿en qué queda esa relación de polos opuestos?
Evidentemente, es un error tratar de pensar que en algún momento la relación entre esas dos personas pueda llegar a buen puerto, y qué digo de buen puerto, simplemente el hecho de tratar de zarpar debe de ser una trepidante y misteriosa historia que yo, de momento, me abstengo a iniciar.

Hasta el momento he llegado al huesecillo, a algo de pulpa y si nos apuramos un poco a algún gajo de naranja, pero nada de un cuarto de naranja y mucho menos de media media. La naranja entera, mi naranja entera, estoy segura que existir, debe de existir aunque aún no la haya encontrado, así que seguiremos juntado al rasca y gana, aunque "sigue buscando" sea la única respuesta encontrada hasta el momento en ese onírico mundo de las relaciones sentimentales.

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