martes, 8 de marzo de 2011

Desafortunadamente, aún hay animales que se hacen pasar por hombres

Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, un día en el que se reivindican los derechos de toda mujer a un trabajo digno y a un salario igualitario, donde no haya cabida para la desigualdad entre sexos.

Hoy es el día elegido para que la sensibilización y cooperación de todos los ciudadanos contribuya a acabar con esa “lucha” entre sexos que tanto ha costado a muchas mujeres y que, concretamente este año 2011 celebra su primer centenario.

Hoy es el día en el que el trabajo de cientos de mujeres para reivindicar sus derechos se hace ver, ya sea a través de exposiciones, charlas, conferencias, representaciones teatrales, o lo que sea, como muestra de que tenemos que seguir por el camino emprendido entre todos para alcanzar ese objetivo común. Es amplísimo el programa de actividades y merece la pena asistir a alguna.

Desde las administraciones, los centros de la mujer, las diferentes asociaciones y demás colectivos se está apostando mucho por ese objetivo, pero el camino aún es largo. Y digo que ese camino aún es largo porque hoy, concretamente hoy, esa conmemoración se ha terminado para mi en el preciso momento en el que me he adentrado en un local y, tras varios minutos, he podido ver como un “señor” –por llamarle de alguna manera-, que parecía ser el mandamás del local, se dirigía a la que sería su empleada y a base de gritos y desprecios le ha echado una bronca monumental delante de todos los allí presentes.

Me he sentido tan avergonzada –y eso que no iba conmigo el tema-, que sin llegar a pedir el café que me iba a tomar, he cogido mis cosas, he agachando la cabeza y he salido casi corriendo de ese horrible local.

Si hoy se conmemora el día de la mujer trabajadora y la actitud de ese camicace se ha producido justamente hoy, no quiero ni pensar qué podrá pasar en otro día cualquiera de la semana…

Yo no suelo ser de las personas que vayan con la negatividad como bandera, esa no es mi filosofía de vida, pero está claro que mientras unos y unas luchamos para conseguir ese objetivo común, parece ser que hay otros a los que esa lucha les da igual y con una simple acción como la vista esta tarde, dan pie a que se borren muchos de los pasos dados en estos cien años de lucha por la igualdad entre sexos.

Espero y deseo que este hecho del que he sido testigo sea un breve periodo de tiempo una simple anécdota y que pronto no tengamos que conmemorar el día de la mujer trabajadora. Pues, esa no conmemoración supondrá que el objetivo que muchos y muchas perseguimos, se habrá conseguido.

Aunque un poco desilusionada por lo visto, quiero aprovechar para dar ánimo y felicitar a todas las mujeres, trabajadoras o no, porque este es su día, nuestro día.

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