lunes, 21 de enero de 2013

Penas y alegrías



Dicen que las penas, cuando se comparten, se hacen más pequeñas. Y en cambio, las alegrías, cuando se comparte, se agrandan. 

Esta semana he tenido penas y alegrías, y ambas se han ampliado o achicado, simple y llanamente, porque he tenido a mi alrededor personas con las que compartirlas. 

Nunca he creído en la soledad absoluta para triunfar en cualquiera de los niveles que se planteen porque, por naturaleza, el hombre tiene dos necesidades sociales que son básicas: la relación en pareja y la necesidad imperiosa de pertenecer a un grupo; aunque muchos traten de negar una u otra.

Centro de interpretación de San Cayetano
Esta semana he podido leer que, gracias a la colaboración de los vecinos y vecinas de Monteagudo, el Centro de Visitantes de San Cayetano –que abrirá sus puertas en breve espacio de tiempo- está reuniendo restos arqueológicos que permitirán conocer mejor aún la historia de lo que fue Murcia hace casi 4.000 años. Está claro que, esas piezas, de forma aislada, no significan nada.

 

Iglesia El Carmen, Murcia
Algo similar es lo que sucede con la publicación de la historia del siglo XX del Barrio de El Carmen. Un libro que aglutina todas las fuentes documentales y gráficas rescatadas de museos, bibliotecas, colecciones particulares, hemerotecas, así como las voces de los actores pertenecientes a un pasado más próximo. 

Ambas noticias me han generado una gran alegría. Alegría que se hace más grande porque la comparto con todos vosotros y porque ponen de manifiesto la imposibilidad de vivir en una soledad absoluta y la necesidad de pertenecer a un grupo. 

Creo que conocer en profundidad lo que ha sido nuestro pasado, nuestra historia y lo que explica que hoy seamos, en parte, como somos es algo que tiene un valor incalculable, además de ser una labor apasionante.

Por otra parte, que Murcia sea una de las regiones más afectadas por los recortes en cultura y que las expectativas de futuro sigan siendo poco halagüeñas es una de las penas que he querido también compartir hoy, pero no para disminuirla entre todos, sino para que unos cuantos acaben con ella. Espero que esos pocos que, en sus momentos de grandeza, desviaron cantidades ingentes de dinero a cuentas en Suiza, lo devuelvan a quienes les corresponde, que no son ni más ni menos que los españoles. Si lo hacen, estoy que segura que el resto, es decir, todos nosotros podremos disfrutar en grupo de muchas cosas que nos han quitado y, así, evitaremos tener que continuar compartiendo penas tan desagradables como los recortes. 


Mi tribuna libre en el programa La Butaca de Radio Online Murcia (17 de enero de 2013) @ROM_Murcia

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