domingo, 10 de febrero de 2013

¿Quién no quiere ser feliz?


El Principito ya no es pequeño. El Principito ha pasado a ser un señor mayor, canoso, con la piel flácida, la cara pajiza y una adicción descomunal al alcohol. Cuando el espectador ve esto en el escenario puede dudar y preguntarse: ¿Realmente es este Principito el de ese autor francés, de nombre raro, que todos hemos leído de pequeños?

Efectivamente, ese Principito que todos hemos leído de pequeños (algunos de mayores y en varias ocasiones como es mi caso) ha sido el que ha inspirado a Roberto Ciulli para llevar a las tablas una nueva versión de la obra francesa, dándole un giro radical al inocente cuento, pero manteniendo en todo momento la esencia y la magia del clásico Principito.

En esta versión, el Principito no se encuentra en un mudo extraño. ¡No! Al contrario. El nuevo Principito (el que encarna el actor José Luis Gómez) deambula perdido y extraño por su mundo, el mundo en el que le ha tocado vivir. En su maleta lleva recuerdos, experiencias y muchas vivencias que le anuncian que llega el momento de hacer su último viaje.  

Y en este último viaje, el Principito también se encuentra con un aviador, que solo sueña con volar; una serpiente, que se cree muy poderosa; un Rey, que creía ser un monarca universal; con una flor, que cree ser única; un hombre de negocios, que no deja de contar estrellas; un zorro, que pide ser amansado… En definitiva, un sinfín de personajes interpretados con especial dulzura y delicadeza por la actriz, Inma Nieto.

Un fondo negro. Un foco que desde lo algo ilumina intensamente el centro del escenario, en el que se puede ver un par de bicicletas, ropa muy colorida, algún sombrero, unas alas, una maleta… Un gran número de personas y dos grandes actores, extraordinariamente compenetrados a la hora de hacer clown.

Sin lugar a duda, esta austeridad escénica es el aliño perfecto para animarnos a mirar en el fondo de nuestros corazones y a jugar, al tiempo que viajamos en la búsqueda de ese camino que nos lleve a lo esencial porque por muy utópico que parezca, ¿Quién no quiere ser feliz?


#LaButacaROM 7 de febrero de 2013

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