jueves, 16 de octubre de 2008

Historias por contar


Dejamos que el día a día nos atrape, nos robe nuestra propia identidad y nos convierta en simples máquinas hacedoras de todo lo que se nos muestra antes nuestros ojos, sin ser conscientes de lo esencial que supone echar el freno y prestar atención a lo que nuestro corazón nos tiene que decir.

Esta tarde he ido a ver a mi abuelita y, en el transcurso de la conversación, ha sido inevitable hacer referencia a sus años de juventud: Sus paseos por Murcia con las amigas (que siempre tenían que concluir antes de puesta de sol); sus encuentros secreto con mi abuelo, y aquéllos otros en los que era habitual ir acompañada por una carabina para evitar cualquier roce furtivo entre los enamorados; sus tardes de costura; sus trabajos en la huerta…

Aquellas generaciones tienen infinidad de cosas que narrar… A ellos les tocó vivir algunos de los acontecimientos más importantes de la historia española, algunos de los momentos más desagradables y desafortunados que nosotros –con total seguridad- no llegaremos a pasar.

A ellos tenemos que agradecerles muchas de las cosas de las que hoy disfrutamos y que, por el contrario, algunos no valoran; dejándoles de lado, sin prestarles el tiempo que necesitan y sin devolverles las múltiples sonrisas que continuamente nos ofrecen.

Les admiro tanto… De siempre me ha emocionado sentarme frente a mis abuelos y olvidarme del tiempo, de quién era yo y qué tenía que hacer después; Lo único que me interesaba era eso: Sentarme junto a ellos y escuchar la nueva historia que tenían que contarme…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

que yo tb me hubiese ido contigo a ver a tu abueli a la lola a las patatas con ajo a un arrocico de esos pa quitarse el sombrero. Me alegro que respetes a tus mayores, ve tomando nota que en unos días te saco unos cuantos años ehhh?. Mil besos nos has faltado en la comida nos vemos prontisimo.

Marikuki Lucas dijo...

Sí, nos has faltado... pero así tenemos una excusa perfecta para repetir prontico :)

kisses

@AbellanMurcia dijo...

Me habría encantado, pero tal y como le comenté a nuestra gambita, tenía cosas pendientes y no podía. Además tenemos a mi abuelita mala y tenía que ir a verla.
La próxima semana quedamos. Hay muchas cosas que me tenéis que contar. Besos