lunes, 8 de diciembre de 2008

Rápido y veloz


Así ha pasado el puente.

Me acaba de venir a la mente lo cabreada que llegué anoche a casa. Mi reloj había desaparecido. Cuando venía de camino, fui a mirar la hora y cuál fue mi sorpresa que me di cuenta de que mi más preciado reloj había desaparecido de mi muñeca. No pensaba en otra cosa: Me había quedado sin tiempo y sin uno de mis complementos favoritos –por los años que lo tenía, por lo que me gustaba y por quien me lo había regalado-. Lo busqué y rebusqué por todas partes, pero no apareció. Hice un par de llamadas a amig@s que seguían en el mismo local para que lo buscaran, pero la “no respuesta” confirmaba lo que imaginaba: Mi fantástico reloj ya no iba a marcar más mi tiempo, me había abandonado sin despedirse.

Me acompañó el viernes en la cena, en el descubrimiento del nuevo local de moda, en las conversaciones con la gente que llevaba tiempo sin ver y cuando iba de regreso a casa. También estuvo conmigo el sábado, cuando fuimos a ver mi gran burbuja, cuando disfrutaba de la soleada mañana que hizo, también cuando leía y dormía, cuando me inicié en la costura, cuando fui a ver a mis tíos, cuando esperaba verte y cuando regresaba a casa por la noche. Y ayer también estaba conmigo. Estaba conmigo cuando salí de compras, cuando entré en Misa, cuando quedé con las amigas para tomar una copa, cuando Rosa le cortó el pelo a Emilio, cuando me preguntaron si quería un perro y cuando decidí que ya era la hora de volver a casa.

Habrá que comprar otro reloj. De todas formas el puente ha pasado rápido, el tiempo corre veloz, hay muchas cosas que se han escapado y otras tantas que ya no volverán…


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Comprobado!! Algunas cosas no hay que buscarlas, aparecen solas y donde menos esperas.

Por cierto, nuestra profe te dió un "muy bien", aunque dice que en breve la nota la pondrás tú. Vamos a ser unas expertas,jeje.

Fdo. La niña...que lo buscó

@AbellanMurcia dijo...

Lo sabía!!! Y eso que fue una simple clase.. Soy una auténtica máquina. En breve montamos una empresa.

Juan Ballester dijo...

¿Pero dónde está el reloj?