lunes, 26 de enero de 2009

El reloj biológico





Hace un rato me preguntaba sobre qué podría escribir hoy en el blog, y la verdad es que me ha costado concretar cuál sería el tema del día. Antes no lo sabía, pero en estos momentos aún continúo pensado sobre qué puedo escribir…


En estos momentos me está viendo a la mente… las ganas que tengo de ser tita. Esta mañana hemos ido a un simulacro de evacuación en una escuela infantil en La Alberca y ha sido una dulzura ver a tanto mico merodeando por la guardería: unos, cantaban, otros dormían porque eran muy pequeñitos, otros tantos jugaban... Una ternura de niños.


Se han portado estupendamente, aunque algunos se han echado a llorar como unos desconsolados cuando han visto a los bomberos que se acercaban a ellos, pero la evacuación se ha efectuado en toda regla, superando satisfactoriamente los parámetros que exige el plan de autoprotección.


Me apasionan los niños, hace una década no podía ni verlos, pero últimamente tengo debilidad por los nanos. ¿Será el reloj biológico el que está motivado esta especial predilección por los bebés? Tal vez así sea, los años pasan... y creo que debe de ser una de las experiencias más bonita que una mujer puede tener en algún momento de su vida.


Mi hermana me dijo ayer que, con total seguridad, dará una buena noticia a lo largo de este año… Así que de momento me conformo con ser tita, lo de ser mamá habrá que dejarlo para dentro de unos añitos.



2 comentarios:

Alita dijo...

A mi novia le pasa igual tiene 29 y ve un niño y se le cae la baba, ya ves yo me pongo a temblar. Me gusta como has diseñado el blog, sobre todo el tamaño de las fuentes. Da sensación de acogedor.

Anónimo dijo...

... yo soy tito... mas o menos reciente...(2 añitos tiene mi sobrinita Luna) y a mi se me cae tó cada vez que estoy con ella... creo que es un sentimiento que les puede pasar tanto a los chicos como a las chicas...ni mucho menos de igual manera... logicamente...pero, el caso es tenerlo...

Pd: es el colegio San Jose de La Alberca??..

Mas Saludos,

Lalo.