martes, 27 de enero de 2009

Un encuentro fortuito


Esta mañana he ido al Centro de Artesanía y nada más entrar me he quedado perpleja al ver de fondo esta preciosa escultura que ganó el Premio Regional de Artesanía el pasado año. No es una obra muy grandiosa, en cuanto a sus proporciones, pero de todo lo que había expuesto en el centro me he fijado únicamente en ese colorido árbol, que ha llamado tanto mi atención.

Tenía que traérmelo a casa fuera como fuera… Y al final me he tenido que conformar con una imagen, pero es lo mismo, ya es mío.



He buscado la simbología del árbol de la felicidad y divagando por Internet he encontrado un texto anónimo, que a continuación reproduzco.

“Usted acaba de recibir un árbol de la felicidad. Es apenas un arbolito pequeño, pero depende de usted que crezca firme y fuerte. Plántelo en su corazón, riéguelo con sonrisas y bondad, sienta el aroma de sus flores, el dulce sabor de sus frutas y comparta su sombra con quien usted más quiere! Las cosas buenas son mejores si las podemos compartir con las personas queridas. Por eso, sea usted una persona generosa y comparta este árbol con sus personas queridas y amigos. Así estará plantando felicidad allí donde vaya! Verá que personas lejanas se acercaran. ¿Vamos allá?”

Tal vez haya sido una señal ese encuentro fortuito que he tenido esta mañana…


1 comentario:

Anónimo dijo...

Es chulísimo! (tanto el árbol como eso de tener un encuentro mañanero con algo inesperado).

Buenos días, burbuja de las pequeñas cosas :)