lunes, 2 de marzo de 2009

Cambios constantes de posición

Te has acostado pronto porque al día siguiente tienes que trabajar. No tienes mucho sueño, pero como has tenido un fin de semana "movidito" caes muerta en la cama. Como es habitual, coges el libro que estás casi terminando porque en caso contrario no podrías dormir y tras pasar un buen rato y ver que es cerca de la una de la madrugada, dejas el libro sobre la mesilla, apagar la luz y te aropas plácidamente entre las sábanas y el edredón.
Tardas poco tiempo en dormirte y te adentras en un mundo de ensoñación que te lleva a un sinfín de lugares desconocidos.
El problema se hace presente cuando, sin saber el motivo, abres los ojos, todo está a oscuras, crees que es casi la hora de levartarte, pero al mirar el reloj te das cuenta de que aún no son las cinco de la madrugada; por lo que vuelve a apagar la luz y a cerrar los ojos para continúar soñando.
Pasa un rato y comienzas a impacientarte porque no logras conciliar el sueño y empiezan a sucederse por tu cabaza infinidad de cosas... Te das una vuelta, otra y otra más... Vuelves a cambiar de posición, a enceder la luz y a volver a apagarla, pero nada, no logras dormirte.
Vuelves a mirar el reloj y resulta que han pasado más de tres cuartos de hora y no has podido dormirte. Te levantas, vas a la cocina, bebes agua, vuelves, te acurrucas, apagas la luz y cierras fuerte, pero muy fuerte los ojos. Nada, que no puedes dormirte.
Sigues pensando en cosas que tienes que hacer mañana y pasado, haces balance de lo que has hecho el fin de semana, lo que te habría gustado hacer, piensas en cosas que te preocupan, cosas que parecen convertirse en un problema, otras que ya lo son... Intentas dejar la mente en blanco, pero la sucesión de pensamientos es continua y por lo tanto resulta imposible dormirse de nuevo.
Tratas de aburrirte contando hasta... Hasta que te desesperas, vuelves a encender la luz y te pones a leer. Siguen pasando los minutos, pero el sueño no llega, no consigues cerrar los ojos y soñar como lo estabas haciendo hasta pasadas las cuatro de la madrugada.
la cabeza continúa girando, los cambios de posición son constantes y ninguno es cómodo, el silencio, la oscuridad y la imposibilidad comienza a agobiarte; han pasado ya cerca de dos horas desde que te despertaste y la hora de que suene el despertador para irte a trabajar... Suspiras profundamente, vuelves a cambiar de posición, la cama está completamente revuelta y tú estas reventada de querer y no poder.
Bostezas unas cuantas veces, te mueves hasta que consigues una posición más o menos cómoda, te relajas y respiras profundamente...
Sin darte cuenta suena el despertador, abres los ojos y te preguntas ¿cómo conseguir dormirme al final?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy soñando despierta!!! Eso es justo lo que me ha pasado a mí esta noche...yo añadiría: y dejas de dormir sola, el tarrito de respibien no te abandona, y piensas " que he hecho yo para merecer esto, porque me he tenido que resfriar, porque no puedo respirar..."

En fin, noches moviditas como esta, espero que no vengan muchas.

Fdo. La niña que está malita

@AbellanMurcia dijo...

Yo también espero que no vengan más noches como estas porque son horribles.
Tú has sido lista porque te has puesto malita entre semana. No sabes nada...
Bueno, ahora toca abrigarse un montón, llevar montañas de pañuelos, echarse cremita en la nariz y dejar de fumar.
Ánimo, que pasa pronto