martes, 5 de mayo de 2009

Viajar por tierra, mar y aire

El nuevo gobierno vasco, la gripe mexicana, la crisis económica, el paro, los casos de corrupción, los actos de violencia de género, la pornografía infantil, los accidentes de tráfico, el cambio climático... Estamos sumidos diariamente a tantas y tantas desgracias, que es inevitable dedicar un breve espacio de nuestro tiempo a cerrar los ojos, a no pensar en nada y a dejarse llevar por lo idílico, lo fantástico, lo onírico...

Sumirse en un profundo sueño y viajar. Viajar a lugares desconocidos. Emprender un viaje en el que no haga falta billete y podamos llegar a ese lugar especial, gobernado por la felicidad, donde la moneda de cambio sea la sonrisa, sus habitantes sean expertos en alegría, diversión y entretenimiento, y les guste practicar la amistad, la convivencia, la solidaridad...

Esos viajes, sean al lugar que sean, siempre traen consigo sensaciones inolvidables. Sensaciones que nos ayudan a mirar el mundo, que dicen que es el real, de forma diferente; a luchar para hacer que todo no sea tan nefasto y dramático como aparenta ser; y a ver sin nubarrones ese infinito cielo azul que nos cubre cada día.

Sumirse en un sueño y viajar por tierra, mar y aire... Es ahí donde está la esencia del día a día.



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