martes, 20 de noviembre de 2012

Cosas diferentes


En nuestro día a día estamos acostumbrados a hacer cosas que en muchas ocasiones nos vienen impuestas, ya sea por la necesidad y otras muchas por lo absurdo. El hecho es que muchas de las reglas que obedecemos hoy en día no tienen ningún fundamento. Y a pesar de esto, si pretendemos actuar de una manera diferente, algunos dirían que estamos 'locos' o que somos unos 'inmaduros'.

¿Por qué hay que ir de etiqueta o media etiqueta a una boda o a un acto social determinado? ¿Por qué hay que adelantar una hora el reloj con la llegada del otoño? O ¿Por qué al abrir una puerta tenemos que ser las mujeres las primeras en entrar o salir? Es cierto que son cuestiones absurdas, pero son simplemente algunas del sinfín de cuestiones que estoy segura que más de uno puede llegar a hacerse en alguna ocasión.

La verdad es que la sociedad va creando algunos sistemas que con el pasar del tiempo pierden su razón de ser, sin embargo, continúan imponiendo sus reglas.

¿Cuántos de nosotros, en nuestras vidas, nos atrevemos a preguntar por qué hemos de actuar de determinada manera? ¿Por qué no buscamos una forma diferente de actuar? 

Yo siempre he pensado que para que te pasen cosas diferentes es preciso hacer cosas diferentes… Y es cierto.

Ante estas cuestiones y mi propuesta, me viene a la mente alguien, al que no tuve el placer de conocer personalmente, pero siempre admiré por lo que estaba consiguiendo. Él quiso hacer cosas diferentes y él, con su esfuerzo e ilusión, obtuvo resultados diferentes.

Café Ficciones Murcia

Hoy quiero despedir La Butaca recordando a alguien que, en muy poquito espacio de tiempo, hizo en nuestra ciudad mucho por la cultura y los que la amamos. Estoy segura que alguno de los que me estáis escuchando sabéis ya a quién me refiero. Y, efectivamente, estoy hablando de Nacho Pérez Valencia, un joven barcelonés afincado en Murcia que, a través de su Café Ficciones, y desde su sencillez y humildad dio un giro casi radical a la forma de ver y hacer la cultura.

Yo, en ese café, he hablado con gente que no he conocido sobre literatura, sobre cine clásico, también he aprendido a dar mis primeros pasos de tango; y hasta he despedido un año escuchando muy buena música, rodeada de gente que, al igual que yo, somos unos apasionados de diferentes manifestaciones culturales.

Nacho no tuvo que poner a la venta zanahorias para regalar entradas de teatro en señal de protesta contra la subida del IVA. ¡ Qué va! Él nunca reclamó salir en la presa para mostrar lo que hacía, simplemente lo hacía; y eso fue lo que le llevó a ser un foco de atracción para los murcianos amantes del cine, la música, la pintura o la vida en general.

A éste cinéfilo apasionado ya no podremos volver a verle haciendo cosas diferentes en su pequeño local murciano, pero creo que muchos le tendremos en la memoria por haber dado un paso muy importante en la forma de ver y hacer la cultura. Como él decía: “hay que luchar por lo que es nuestro, y si hago de tu alrededor no te mola, trata de cambiarlo y esfuérzate por mejorarlo”. 


Mi tribuna libre en el programa La Butaca de Radio Online Murcia (15 de Noviembre de 2012)

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