Una sonrisa significa mucho.
Enriquece a quien la recibe; sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un segundo
pero su recuerdo, a veces, nunca se borra.
Desde el pasado domingo, con la
noticia de que el último de los Payasos de la Tele, Emilio Aragón, más conocido
como Miliki, nos dejaba, no he podido evitar echar mano de los recuerdos y
volver a mí infancia.
Evidentemente, yo no viví la época
de mayor esplendor de los Payasos de la Tele, pero fue tal la influencia que
ejercieron en las generaciones de mis padres y abuelos, que siendo bien pequeña
eran habituales escuchar frases como: “Señorita, es usted muy bonita, y tiene
la cara de una patata frita”, “Se me luenga la traba”, “Rojo, amarillo y...
¡verde!” o “Cómo están ustedes”…
Aún recuerdo cuando en las tardes
los sábados, mis hermanos y primos nos poníamos delante de la tele para ver la
película “Había una vez un circo”, un film argentino de Enrique Carreras, en el
que por primera vez veíamos cómo era la vida del circo y los payasos. Una
historia de la que no quitábamos ojo de la pantalla porque… ¡Era tan fascinante
el mundo del circo!
No recuerdo la de veces que habré
visto esa película, al igual que también son innumerables las veces que habré
cantado canciones como: Susanita tiene un ratón, el barquito de cáscara de
nuez, hola Don Pepito o Cómo me pica la Nariz…, pero lo que sí que recuerdo
intensamente es que cada vez que veía o escuchaba una de esas canciones siempre
iban aliñadas por innumerables carcajadas que echábamos. Carcajadas que aún
ahora las veo esbozadas en los rostros de mi abuela, mi padre o mis hermanos al
cerrar los ojos y recordar aquéllos maravillosos momentos.
Evidentemente, esos años pasaron,
esos momentos de extraordinaria felicidad
o ingenuidad mejor dicho, también; y ahora sería cinismo afirmar que
todo ha sido y es risa y diversión, pues solamente hay que mirar a nuestro
alrededor para ver la dura y cruel realidad que tenemos que vivir.
Siempre se ha dicho que un payaso
es el espíritu de un niño en el cuerpo de un adulto, y con ese espíritu creo
que se puede vivir mucho mejor. Hacer reír es complicado, pero reír cada día no
lo es tanto. Creo que con la despedida de Miliki esta semana, ha llegado el
momento de poner una gigantesca sonrisa a la vida y recordemos a los
chiripitifláuticos cantando esa conocida canción que decía así:
Si tú eres capaz de ver
Un mundo feliz
Vivirás mejor,
Yo ya lo sé.
No andes de aquí para allá
Con gesto gruñón,
Se vive mejor
Con ilusión.
Chiripitifláutica es la sonrisa de mamá.
Chiripitifláutica es la sonrisa de papá.
Chiripitifláutico, es el gesto alegre del bebé,
Chiripitifláutico es Don José.
Un mundo feliz
Vivirás mejor,
Yo ya lo sé.
No andes de aquí para allá
Con gesto gruñón,
Se vive mejor
Con ilusión.
Chiripitifláutica es la sonrisa de mamá.
Chiripitifláutica es la sonrisa de papá.
Chiripitifláutico, es el gesto alegre del bebé,
Chiripitifláutico es Don José.
Con la música de los míticos
payasos de la tele, una servidora, sonriente como debe ser por haber compartido
dos horas con todos vosotros, se despide hasta la semana que viene.
Mi tribuna libre en el programa La Butaca de Radio Online Murcia (22 de Noviembre de 2012)
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