miércoles, 28 de noviembre de 2012

Hacer reír es complicado, pero reír cada día no lo es tanto


Una sonrisa significa mucho. Enriquece a quien la recibe; sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un segundo pero su recuerdo, a veces, nunca se borra.

Desde el pasado domingo, con la noticia de que el último de los Payasos de la Tele, Emilio Aragón, más conocido como Miliki, nos dejaba, no he podido evitar echar mano de los recuerdos y volver a mí infancia.

Evidentemente, yo no viví la época de mayor esplendor de los Payasos de la Tele, pero fue tal la influencia que ejercieron en las generaciones de mis padres y abuelos, que siendo bien pequeña eran habituales escuchar frases como: “Señorita, es usted muy bonita, y tiene la cara de una patata frita”, “Se me luenga la traba”, “Rojo, amarillo y... ¡verde!” o “Cómo están ustedes”…

Aún recuerdo cuando en las tardes los sábados, mis hermanos y primos nos poníamos delante de la tele para ver la película “Había una vez un circo”, un film argentino de Enrique Carreras, en el que por primera vez veíamos cómo era la vida del circo y los payasos. Una historia de la que no quitábamos ojo de la pantalla porque… ¡Era tan fascinante el mundo del circo!



No recuerdo la de veces que habré visto esa película, al igual que también son innumerables las veces que habré cantado canciones como: Susanita tiene un ratón, el barquito de cáscara de nuez, hola Don Pepito o Cómo me pica la Nariz…, pero lo que sí que recuerdo intensamente es que cada vez que veía o escuchaba una de esas canciones siempre iban aliñadas por innumerables carcajadas que echábamos. Carcajadas que aún ahora las veo esbozadas en los rostros de mi abuela, mi padre o mis hermanos al cerrar los ojos y recordar aquéllos maravillosos momentos.

Evidentemente, esos años pasaron, esos momentos de extraordinaria felicidad  o ingenuidad mejor dicho, también; y ahora sería cinismo afirmar que todo ha sido y es risa y diversión, pues solamente hay que mirar a nuestro alrededor para ver la dura y cruel realidad que tenemos que vivir.

Siempre se ha dicho que un payaso es el espíritu de un niño en el cuerpo de un adulto, y con ese espíritu creo que se puede vivir mucho mejor. Hacer reír es complicado, pero reír cada día no lo es tanto. Creo que con la despedida de Miliki esta semana, ha llegado el momento de poner una gigantesca sonrisa a la vida y recordemos a los chiripitifláuticos cantando esa conocida canción que decía así:

Si tú eres capaz de ver
Un mundo feliz
Vivirás mejor,
Yo ya lo sé.

No andes de aquí para allá
Con gesto gruñón,
Se vive mejor
Con ilusión.

Chiripitifláutica es la sonrisa de mamá.
Chiripitifláutica es la sonrisa de papá.
Chiripitifláutico, es el gesto alegre del bebé,
Chiripitifláutico es Don José.


Con la música de los míticos payasos de la tele, una servidora, sonriente como debe ser por haber compartido dos horas con todos vosotros, se despide hasta la semana que viene. 




Mi tribuna libre en el programa La Butaca de Radio Online Murcia (22 de Noviembre de 2012)

No hay comentarios: